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LA CIENCIA DE LAS VACUNAS []

Carreras profesionales en la investigación de vacunas
Cepas de células humanas para la creación de vacunas
El desarrollo de las vacunas contra el VIH
El futuro de la inmunización
El sistema inmunológico humano y las enfermedades infecciosas
Inmunización pasiva
Los virus y su evolución
Primeros cultivos de tejidos y células en la creación de las vacunas

LA HISTORIA Y LA SOCIEDAD []

Desarrollo del programa de inmunización
Desmitificado el vínculo entre la vacuna contra la polio y el VIH
El método científico en la historia de las vacunas
Erradicación de una enfermedad
Exenciones a la vacunación
Historia de los militares de EE.UU. y las vacunas
Historia de los movimientos en contra de la vacunación
La ética y las vacunas
La historia de la vacuna de la enfermedad de Lyme
Pandemias de influenza
Perspectivas culturales sobre la vacunación
Programas de compensación por lesiones causadas por vacunas

INFORMACION SOBRE LAS VACUNAS []

Desarrollo, pruebas y reglamentos para las vacunas
Diferentes tipos de vacunas
Efectos secundarios y reacciones adversas a las vacunas
Vacunas para adolescentes
Vacunas para adultos

ENFERMEDADES QUE SE PUEDEN PREVENIR CON LAS VACUNAS []

Difteria
Enfermedad meningocócica
Enfermedad neumocócica
Fiebre amarilla
Haemophilus influenzae tipo b (Hib)
Hepatitis A y hepatitis B
Historia de la polio (poliomielitis)
Historia de la viruela
Infección por virus del papiloma humano (VPH)
Influenza
Paperas
Rotavirus
Rubéola
Sarampión
Tétanos
Tos ferina
Vacunas contra enfermedades de transmisión sexual

PREGUNTAS COMUNES []

Conceptos erróneos sobre las vacunas
Las 20 preguntas más importantes sobre la vacunación
Vacunación contra enfermedades raras
¿Por qué vacunarse?
¿Ya he sido vacunado?

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Las 20 preguntas más importantes sobre la vacunación
Vacunación contra enfermedades raras
¿Por qué vacunarse?
¿Ya he sido vacunado?


 * English
 * Español


PANDEMIAS DE INFLUENZA

La influenza es una enfermedad infecciosa que normalmente se caracteriza por
presentar fiebre, dolores musculares, dolor de garganta, dolor de cabeza y
fatiga. Por lo general, la provoca uno de dos tipos de virus: influenza A o
influenza B (la influenza C provoca infecciones en el tracto respiratorio
superior en personas jóvenes, pero no es tan común como los otros dos tipos). La
mayoría de las personas infectadas con influenza se sienten enfermas por varios
días y luego se recuperan, pero en algunos casos, la influenza puede conducir a
neumonía, otras complicaciones e incluso la muerte.

La protección de las personas depende de haber estado ya expuestas al virus, a
través de una infección o de una vacuna contra ese el mismo. En cualquiera de
los casos, el sistema inmunológico “recuerda” el virus y crea anticuerpos
específicos para neutralizarlo la siguiente vez que penetre el cuerpo. No
obstante, los virus de la influenza pueden mutar, o cambiar, con mucha rapidez.
Cada determinado número de años, los virus de la influenza mutan lo suficiente
como para producir una cepa nueva; a este proceso se le conoce como tendencia
antigénica. Las personas que han estado expuestas a una cepa relacionada con ese
virus probablemente tendrán alguna inmunidad previa a manera de anticuerpos, y
la enfermedad que surja podría ser leve. En ocasiones, un cambio brusco en un
virus produce una cepa muy diferente a las demás, antes de que los humanos
tengan poca o ninguna inmunidad previa. A este proceso se le conoce como cambio
antigénico, y puede tener como resultado una enfermedad prevalente y grave.

Una pandemia de influenza ocurre cuando un nuevo subtipo o cepa de virus de
influenza se desarrolla a partir del cambio antigénico y se propaga a nivel
mundial. En el siglo XX ocurrieron tres pandemias, y todas ellas fueron
ocasionadas por el cambio antigénico de cepas de influenza A. En 2009, una
pandemia menos mortal que las de los brotes del siglo XX fue resultado de una
combinación única de cambios genéticos. La pandemia de 1918-19 es el suceso
contra el cual se comparan todas las demás, debido a un número sin precedente de
víctimas.

Influenza española, 1918-19 

Ninguna otra epidemia ha segado tantas vidas como la de la influenza española en
1918-1919. Hasta 40 millones de personas murieron en todo el mundo con esta
enfermedad virulenta que se propagaba de una ciudad a otra (en algunos cálculos
se estima que las muertes totales se acercaron a los 70 millones). Abundaron las
historias de personas que morían a unas cuantas horas de sentirse enfermas por
primera vez. La tasa de mortalidad fue más alta entre los adultos menores de 50
años quienes, por razones desconocidas, fueron vulnerables particularmente a la
grave enfermedad, producto de esta cepa de la influenza.

Los primeros casos de influenza aparecieron en Kansas a inicios de la primavera
de 1918. Posteriormente, esa primavera, los funcionarios reportaron grandes
cantidades de casos en Europa, aunque esta gripe no parecía más peligrosa que la
variedad usual. Sin embargo, a finales del verano, el virus se hizo mortal.
Pronto, oleadas de la infección atravesaron ciudades, países y continentes,
saturando hospitales y abrumando al personal médico. El nombre de influenza
española surgió por los efectos devastadores de la gripe en España durante el
otoño de 1918.

En 1918, la influenza no tenía ni un tratamiento ni una vacuna eficaz. Es más,
la mayoría de los expertos de la época creían que la influenza era provocada por
una bacteria, más que por un virus, y aunque ya existían vacunas para muchas
otras enfermedades, y se habían preparado unas cuantas vacunas contra la gripe
que eran inútiles y posiblemente nocivas, faltaban décadas para contar con una
vacuna efectiva contra la influenza. Tampoco había antibióticos para tratar las
infecciones bacterianas virulentas que surgieron a raíz de la influenza.

Al terminar la primavera de 1919 se vio el final de la influenza española. El
virus derivó en una relativa inocuidad en la década de 1920, y siguió circulando
durante varias décadas. Desde entonces, los científicos han podido clasificar al
virus responsable de la pandemia de 1918-19 como una influenza H1N1.

Influenza asiática, 1957-58

La influenza mantuvo una frecuencia anual después de la pandemia de 1918, pero
no surgió un tipo de influenza nuevo y virulento hasta inicios de 1957. En
febrero de ese año, comenzaron a surgir pruebas de una oleada grave de gripe que
abría su camino en China.

Maurice Hilleman, un microbiólogo en el Centro Médico del Ejército Walter Reed,
observó los informes noticiosos sobre la influenza en Asia. La cantidad de casos
le hizo pensar que surgía un nuevo tipo de influenza y que se avecinaba una
pandemia.

Hilleman y su equipo obtuvieron una muestra del virus de un militar de EE.UU., y
muy pronto determinaron que la mayoría de la gente carecía de anticuerpos contra
el nuevo virus de influenza, que era de tipo H2N2. Sólo ciertas personas mayores
que habían sobrevivido una pandemia de influenza en 1889-1890 tenían anticuerpos
para atacar el nuevo virus.

Hilleman inició la producción de vacunas enviando muestras del virus a los
fabricantes, y exhortándolos a crear una vacuna en cuatro meses.

La epidemia en EE.UU. alcanzó su peor momento en octubre de 1957, cuando
aproximadamente 7 millones de personas habían recibido la vacuna. En todo el
mundo, de 1957 a 1958, aproximadamente 2 millones de personas murieron de la
influenza asiática, y hubo aproximadamente 70,000 muertes en Estados Unidos.

Influenza de Hong Kong, 1968-69

Tal como con la pandemia que había surgido apenas diez años antes, en Asia
aparecieron los primeros signos de una nueva cepa de influenza A. El virus
(H3N2) llegó a Estados Unidos en septiembre de 1968 y alcanzó su nivel más alto
en los meses de invierno. Se tuvo disponible una vacuna, pero no se produjo con
la suficiente anticipación, como para brindar una protección significativa.
Aproximadamente 34,000 personas murieron en Estados Unidos durante esa pandemia.
Algunos científicos creen que una similitud con la gripe asiática de 1957-58
pudo haber ayudado a proteger a la gente contra una enfermedad más grave (como
la gripe asiática, la de Hong Kong tenía un componente N2.)

Amenaza de influenza aviar, de 1997 al presente

La siguiente amenaza significativa que surgió con la influenza provino
nuevamente de Asia, donde una influenza aviar (H5N1) infectó a pájaros, y luego
se transmitió a humanos. Varias personas se enfermaron y murieron a causa del
virus.

Los brotes fueron graves particularmente en los años 2003-2004, cuando decenas
de millones de aves de corral y acuáticas murieron por la gripe. Sin embargo, el
virus no se contagiaba de una persona a otra, sino solo entre las aves, y luego
a los humanos. La falta de contagio entre humanos limitó la incidencia de la
enfermedad. Después de una destrucción extensa de bandadas de ave de corral, se
disminuyó la amenaza. Sin embargo, se mantiene la amenaza de la gripe aviar,
pues podría surgir otra cepa mortal que podría ser capaz de contagiarse entre
humanos y provocar una pandemia.

H1N1 nuevo del 2009

La última influenza pandémica apareció en México a mediados de marzo de 2009. En
un principio, esta gripe pareció ser problemática, en particular porque las
tasas de mortalidad en México parecían ser inusualmente elevadas. Muy pronto
aparecieron casos en California y Texas, y la enfermedad continuó su
propagación. Los científicos identificaron al virus como influenza A H1N1, con
un posible origen en los cerdos.

La Organización Mundial de la Salud proporcionó orientación a nivel mundial
sobre la amenaza emergente, y los gobiernos locales estatales y nacionales
comenzaron a implementar planes para la influenza pandémica. Aunque la
enfermedad se propagó rápidamente, con un nivel inicial muy alto en Estados
Unidos a principios de mayo, no resultó ser tan grave como indicaron los
primeros informes mexicanos.  Aun así, la enfermedad se contagió entre muchos
niños y adultos jóvenes, más que la cantidad normal de enfermos durante la
temporada de gripe estacional; por lo general, el 90% de las muertes
relacionadas con la gripe estacional se da en personas mayores de 65 años,
mientras que el 87% de las muertes por la enfermedad relacionada con la H1N1
ocurrió en personas menores de 65 años. Una posible explicación es que muchas
personas nacidas antes de 1950 parecían tener inmunidad previa al virus, tal vez
porque los tipos de virus relacionados con la pandemia de gripe H1N1 de 1918
todavía circulaban anteriormente en el siglo XX.

Poco tiempo después de que los científicos identificaron el virus, se inició un
esfuerzo masivo para producir la vacuna contra la nueva cepa de H1N1. El virus
demostró crecer lentamente durante el proceso de fabricación, que depende de un
cultivo en huevos de pollo. A Estados Unidos, la mayoría de las vacunas llegaron
después del segundo pico de casos de influenza, a finales de octubre. De hecho,
los expertos habían predicho que para mediados de octubre se tendrían
disponibles 160 millones de dosis, pero para esa fecha solo se habían surtido 30
millones de dosis.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por
sus siglas en inglés) calculan que en Estados Unidos se presentaron entre 42 y
86 millones de casos de H1N1 del 2009, entre abril del 2009 y el 13 de febrero
del 2010. En este periodo hubo entre 188,000 y 389,000 hospitalizaciones
relacionadas con el H1N1, y hubo entre 8,520 y 17,620 muertes.

La H1N1 del 2009, ¿fue resultado de un cambio antigénico o de una tendencia
antigénica? No hubo un nuevo subtipo H o N que penetrara la población humana, lo
cual hubiera indicado un cambio antigénico, pero es obvio que el virus tampoco
concuerda con la definición de tendencia antigénica. Como lo dice un informe:

“El surgimiento del virus H1N1 del 2009 es un suceso sin precedentes en la
virología moderna. El virus H1N1 del 2009 no se ajusta a la definición clásica
de un nuevo subtipo para el cual la mayoría de la población haya presentado
previamente una infección. Desde 1977, los virus H1N1 han estado en circulación
continua, y la mayoría de las personas nacidas antes de 1956 tuvieron algún
contacto previo con alguna infección proveniente de las cepas H1N1, en la época
anterior al H2N2. El virus H1N1 del 2009 tampoco concuerda con la definición
clásica de tendencia porque no tiene una relación directa con la evolución del
virus H1N1 de reciente circulación  y con origen humano” (Sullivan SJ, Jacobson
RM, Dowdle WR, Poland GA. Influenza H1N1 de 2009).

El futuro de la influenza pandémica

En el año 2005, la Organización Mundial de la Salud planteó nuevos lineamientos
para manejas las pandemias, lo cual impulsó a las autoridades locales y
nacionales a revisar y actualizar sus planes de preparación para pandemias. Los
planes se habían trazado después de los brotes de gripe aviar a finales de la
década de 1990. La pandemia del H1N1 del 2009 brindó una oportunidad a las
autoridades de salud pública para implementar nuevos planes, diseñados para
responder ante una enfermedad pandémica.

En lo que los grupos estudian la respuesta pandémica del 2009, muchos señalan la
necesidad de un desarrollo y distribución más rápidos para la vacuna contra la
influenza. Los funcionarios de la industria y salud pública examinan nuevas
tecnologías y métodos para aumentar la disponibilidad de las vacunas; por
ejemplo, las compañías de EE.UU. podrían comenzar a usar adyuvantes en la vacuna
contra la influenza, tal como se hace en la Unión Europea y Canadá, lo cual les
permitiría usar cantidades menores de antígeno en cada dosis. Además, podrían
comenzar con nuevas tecnologías para el cultivo de antígenos, y así evitar el
proceso lento de producción de la vacuna en huevos.

Es evidente la necesidad de brindar atención continua a los planes contra la
influenza pandémica. Como lo declara un informe del Departamento de Salud y
Servicios Humanos de EE.UU.: “Si surgiera hoy un virus de influenza pandémica
con una virulencia similar a la cepa de 1918, y no se interviniera, podrían
morir 1.9 millones de estadounidenses, y casi 10 millones posiblemente estarían
hospitalizados...” (Plan contra la influenza pandémica, Departamento de Salud y
Servicios Humanos de EE.UU.)

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FUENTES DE INFORMACIÓN

CDC. Avian influenza, current situation. Acesado el 11 enero 2018.

CDC. Avian influenza A virus infections of humans. Acesado el 11 enero 2018.

CDC. CDC estimates of 2009 H1N1 influenza cases, hospitalizations and deaths in
the United States, April 2009 – February 13, 2010. Acesado el 11 enero 2018.

Racaniello, V. Influenza A/Mexico/2009 (H1N1) - questions & answers. Virology
Blog. May 13, 2009. Acesado el 11 enero 2018.

U.S. Department of Health and Human Services. HHS pandemic influenza plan. 2005.
Acesado el 11 enero 2018.

Reid, A.H., et al. 1918 influenza pandemic caused by highly conserved viruses
with two receptor-binding variants. Emerging Infectious Diseases. 9(10); October
2003. Acesado el 11 enero 2018.

Sullivan S.J., Jacobson R.M., Dowdle W.R., Poland, G.A. 2009 H1N1
influenza. Mayo Clin Proc. 2010 January; 85(1): 64-76.

Sample, I. A history of major flu pandemics. The Guardian. March 28,
2012. Acesado el 11 enero 2018.

Trust for America’s Health. Pandemic flu preparedness: Lessons from the front
lines. June 2009. Acesado el 11 enero 2018.

Xing, Z., Cardona, C.J. Preexisting immunity to pandemic (H1N1) 2009
[letter]. Emerging Infectious Diseases. Acesado el 11 enero 2018.

Ultima actualización 11 enero 2018.

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