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DE LA BATALLA DEL GRANO A LA MISTERIOSA MUERTE DEL LÍDER DEL GRUPO WAGNER




547 DÍAS DESPUÉS DE QUE VLADÍMIR PUTIN LANZARA UNA OFENSIVA QUE PRETENDÍA
INVADIR UCRANIA DE FORMA RÁPIDA Y DEVASTADORA, LA GUERRA SIGUE ENQUISTADA EN EL
ESTE DE EUROPA SIN QUE SE VISLUMBRE SU FIN EN EL HORIZONTE. MOSCÚ SE HA
RECUPERADO DE LA FALLIDA INSURRECCIÓN DE LOS MERCENARIOS DE WAGNER, CUYO LÍDER
HA MUERTO EN UN SUPUESTO ACCIDENTE DE AVIÓN, Y HA ASESTADO UN GOLPE GLOBAL TRAS
SUSPENDER EL ACUERDO DEL GRANO. SOBRE EL TERRENO, KIEV PROSIGUE UNA
CONTRAOFENSIVA QUE HA QUEDADO ATASCADA MIENTRAS ESPERA LA LLEGADA DE NUEVO
ARMAMENTO DE SUS ALIADOS.

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Textos:
Carles Planas Bou / Begoña González
Infografías:
Francisco José Moya






En las últimas semanas, el foco bélico se ha trasladado al mar Negro. El pasado
julio, Rusia suspendió el acuerdo firmado un año antes que permitía a Ucrania
exportar su grano a través Turquía. La decisión, que el Kremlin tomó tras un
ataque al puente estratégico de la anexada Crimea, amenaza con tener un impacto
global que dispare el precio de los alimentos y acentúe una epidemia de hambre
que ya golpea a las regiones más pobres del mundo.

La suspensión del acuerdo del grano no solo abre la puerta a una crisis
alimentaria global. El revés de Moscú también manda un duro mensaje contra la
diplomacia, pues el pacto había sido la mediación más compleja y exitosa en el
conflicto desde que Vladímir Putin ordenó la invasión de Ucrania en febrero de
2022.







La decisión despertó la indignación de Estados Unidos, de la Unión Europea y,
especialmente, de varios países de África, a quienes Putin ha prometido cereales
gratis, pero también disgustó a China.

Ante ese escenario, Ucrania ha trazado rutas alternativas a través del río
Danubio en un corredor que bordea la costa de Rumanía. No obstante, drones rusos
han atacado esos navíos. Mientras la presión diplomática crece para que Moscú
retome el acuerdo, EEUU y Turquía negocian con Kiev y sus vecinos un pacto
paralelo que garantice el suministro de grano.





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   Una cosechadora recoge trigo en un campo cerca de Melitopol, en la región de
   Zaporiyia

Una cosechadora recoge trigo en un campo cerca de Melitopol, en la región de
Zaporiyia

Una cosechadora recoge trigo en un campo cerca de Melitopol, en la región de
Zaporiyia



Un barco cargado de grano atraviesa el Bósforo procedente del puerto de Odesa.

Unos graneros bombardeados en la ciudad de Odesa.

Un barco cargado de grano atraviesa el Bósforo procedente del puerto de Odesa.

Unos graneros bombardeados en la ciudad de Odesa.





El pasado 24 de junio, el jefe del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, lideró un
motín de sus mercenarios contra Putin. Las habituales quejas de las milicias
privadas cristalizaron en una insurrección armada que, 24 horas después y a tan
solo 200 kilómetros de Moscú, fue desactivada con la mediación del presidente de
Bielorrusia, Aleksándr Lukashenko.
El acuerdo sellado entonces con el Kremlin permitía a Prigozhin exiliarse en
Bielorrusia sin sufrir represalias. A los soldados se les ofreció integrarse al
Ejército ruso, pero la mayoría optaron por seguir el camino del exilio. Wagner
se ha quedado sin autonomía.
Este miércoles, dos meses después de la revuelta, Prigozhin ha muerto tras
estrellarse el avión en el que viajaba, un suceso aún por esclarecer que
descabeza a los mercenarios.






Lugar donde se estrelló el avión en la región de Tver

Lugar donde se estrelló el avión en la región de Tver


Hasta entonces, el paradero del 'cocinero de Putin' había sido una incógnita,
pues había reaparecido en San Petersburgo e insinuado estar en África,
continente en el que Wagner ha desplegado una extractiva "campaña de terror"
para ganar poder y robar los recursos naturales de esos países.

OCUPANTES DEL AVIÓN

Junto al líder de Wagner también viajaba su mano derecha, Dmitri Utkin, y ocho
personas más, la mayoría miembros de la plana mayor del grupo paramilitar.




YEVGENY PRIGOZHIN

De ser el 'cocinero de Putin' a liderar la mayor amenaza al líder del Kremlin en
dos décadas. Al frente de Wagner, Prigozhin fue un instrumento esencial para que
Moscú librase guerras sin mancharse las manos. Tras operar en la sombra, la
guerra en Ucrania le convirtió en una de las caras más mediáticas del país. Sus
críticas al aparato de Defensa culminaron en un motín fallido y, dos meses
después, ha muerto en extrañas circunstancias tras estrellarse su avión.


DMITRI UTKIN

Era el segundo en el mando de Wagner. Este antiguo oficial de la inteligencia
militar rusa (GRU) era considerado por el Consejo de la Unión Europea como
"responsable de graves abusos contra los derechos humanos" cometidos por el
grupo, que incluían "torturas, ejecuciones y asesinatos extrajudiciales". No
escondía su simpatía por la ideología nazi y sus tatuajes de esvásticas daban
cuenta de ello.

Desde junio, el Kremlin ha acelerado la purga de figuras incómodas. En las
últimas semanas, ha condenado a Alekséi Navalni, el principal opositor al
régimen, a 19 años más de prisión; ha detenido a Igor Girkin, crítico con Putin
y hombre clave en el Donbás; y ha destituido al jefe de las Fuerzas
Aeroespaciales, Serguéi Surovikin, por sus vínculos con la rebelión mercenaria.





VLADÍMIR PUTIN

Aunque terminó fracasando, la insurrección del grupo mercenario Wagner
escenificó el malestar con el presidente ruso y cuestionó su autoridad. Tras el
motín, Putin ha renunciado a su aislamiento y ha participado en más actos
públicos para reforzar el apoyo social y proyectar al mundo esa imagen de
solidez. La muerte del líder wagnerita refuerza su figura. Aun así, esta semana
se ha ausentado de la reunión del grupo BRICS en Sudáfrica por la orden de
arresto emitida contra él por la Corte Penal Internacional por presuntos
crímenes de guerra en Ucrania.


VOLODÍMIR ZELENSKI

El presidente de Ucrania ha mantenido su ajetreada agenda diplomática para
negociar y seguir recibiendo armamento cada vez más sofisticado de sus aliados.
La presión de Kiev está teniendo éxito: tras lograr los tanques Leopard, ahora
también recibirán cazas F-16, si bien estos no llegarán "ni en otoño ni en
invierno".



La madrugada del 24 de febrero de 2022, Vladímir Putin anunciaba a todo el mundo
el inicio de la "operación militar especial" para "desnazificar" y
"desmilitarizar" el país eslavo. La intención era invadir Ucrania. En solo
cuatro días, el avance del Ejército ruso fue significativo. Entrando desde el
norte del país y desde Crimea, el primer envite dio sus frutos con rapidez.



Lo que se planteó como una operación relámpago pasó en unas semanas a
convertirse en un conflicto sin un final claro. Menos de dos meses después del
inicio de la ocupación, Rusia se dio cuenta de que iba a costar más de lo
previsto. La férrea resistencia ucraniana y una mala gestión militar provocaron
que Putin ordenara un repliegue y Kiev recuperó algunas ciudades estratégicas en
las regiones del norte.



En septiembre, Ucrania asestó un duro golpe a las tropas del Kremlin al
recuperar casi toda la región de Járkov, en el este.



Poco después, a principios de noviembre, consiguió que Rusia empezara a
retirarse también de zonas de Jersón.



En los meses de invierno, Ucrania consolidó la recuperación de buena parte del
norte ocupado. Mientras, Rusia se concentró en mantener el control de parte de
las cuatro provincias que se anexionó tras un referéndum no reconocido
internacionalmente, así como en sostener una guerra de desgaste con bombardeos
frecuentes a las ciudades en manos ucranianas.



Tras perder el control de la ciudad de Bajmut, Zelenski anunció a principios de
junio la esperada contraofensiva de sus tropas, que ha registrado tímidos
avances durante el verano, pero que se ha visto atascada. La estrategia de Kiev
se ha centrado desde entonces en tratar de recuperar el control de Zaporiya y el
Donbás.

Rusia no ha detenido su ambición expansionista. A pesar de que la invasión se
estanca en ciertas áreas geográficas, el Ejército ruso ha acelerado los ataques
por el flanco nororiental, con la ciudad de Kúpiansk en su punto de mira. El
objetivo del Kremlin es recapturar el territorio que Kiev recuperó el pasado
otoño. Aun así, el frente sigue sin experimentar grandes cambios.

En junio, la destrucción de la presa de Nova Kajkova, en Jersón, desencadenó un
desastre ecológico que obligó a desalojar poblaciones enteras, que ha expandido
la contaminación y que amenaza los ecosistemas del río Dniéper. Todos los
indicios apuntan a Rusia como autor de la voladura, que a su vez acusa a
Ucrania. Zelenski denunció al Kremlin ante la justicia internacional por lo que
calificó de "bomba ambiental de destrucción masiva".

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El pasado 24 de junio, el jefe del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, lideró un
motín de sus mercenarios contra Putin. Las habituales quejas de las milicias
privadas cristalizaron en una insurrección armada que, 24 horas después y a tan
solo 200 kilómetros de Moscú, fue desactivada con la mediación del presidente de
Bielorrusia, Aleksándr Lukashenko.

El acuerdo sellado entonces con el Kremlin permitía a Prigozhin exiliarse en
Bielorrusia sin sufrir represalias. A los soldados se les ofreció integrarse al
Ejército ruso, pero la mayoría optaron por seguir el camino del exilio. Wagner
se ha quedado sin autonomía.

Este miércoles, dos meses después de la revuelta, Prigozhin y su lugarteniente
Dmitri Utkin han muerto tras estrellarse el avión en el que viajaban. Hasta
entonces, el paradero del 'cocinero de Putin' había sido una incógnita, pues
había reaparecido en San Petersburgo e insinuado estar en África, continente en
el que Wagner ha desplegado una extractiva "campaña de terror" para ganar poder
y robar los recursos naturales de esos países.

Desde junio, el Kremlin ha acelerado la purga de figuras incómodas. En las
últimas semanas, ha condenado a Alekséi Navalni, el principal opositor al
régimen, a 19 años más de prisión; ha detenido a Igor Girkin, crítico con Putin
y hombre clave en el Donbás; y ha destituido al jefe de las Fuerzas
Aeroespaciales, Serguéi Surovikin, por sus vínculos con la rebelión mercenaria.







Supermercado de Odesa destruido por un ataque combinado de drones y misiles



Zelenski ante un F-16 en Dinamarca

Supermercado de Odesa destruido por un ataque combinado de drones y misiles



Zelenski en un F-16 en Dinamarca

La guerra de resistencia de Ucrania también se está librando en el cielo. En las
últimas semanas, ambos bandos han acentuado el uso de drones para llevar a cabo
todo tipo de ataques coordinados, tanto en el campo de batalla como en ciudades
mucho más alejadas como Moscú.




En los próximos meses, esa guerra aérea pasará a ser de alta intensidad.
Dinamarca y los Países Bajos anunciaron el pasado 20 de agosto que donarán hasta
61 cazas F-16 a Kiev, una decisión aprobada por EEUU. Ambos países europeos
lideran el programa para formar a los pilotos ucranianos. Sin embargo, se espera
que estas aeronaves de combate no lleguen a su destino hasta principios del año
próximo. La donación se dilatará hasta 2025.






Ucrania ha sufrido el desgaste de la guerra a muchos niveles. La destrucción de
ciudades, infraestructuras básicas, cultivos y los elevados niveles de
contaminación causados por los combates complican la situación de las personas
que siguen habitando entre las ruinas.



Las bajas militares de uno y otro bando han sido objeto de controversia desde el
primer momento. Las cifras, otra de las armas que manejan ambos ejércitos, se
han vuelto totalmente opacas y varios organismos internacionales han tratado de
llevar un conteo de muertes lo más fiel posible a partir de los anuncios de los
gobiernos.

EEUU calcula que casi medio millón de personas han muerto o resultado heridas en
la guerra. La estimación de Washington señala que las Fuerzas Armadas del
Kremlin acumularían 120.000 víctimas mortales y hasta 180.000 soldados heridos
en los últimos 18 meses. El bando ucraniano habría sufrido 70.000 bajas y unos
120.000 heridos.



Las bajas civiles se han convertido en otro de los grandes dramas de esta
guerra. Al menos 9.177 civiles han perdido la vida en este conflicto y otros
15.993 han resultado heridos, según la ONU. Las cifras podrían ser mucho
mayores, a tenor de los datos que manejan las oenegés. El fiscal ucraniano,
Yuriy Belousov, las elevó a 100.000 hace apenas unas semanas en declaraciones a
'The Independent'.



Tras la retirada de soldados rusos de ciudades como Mariúpol o Bucha, al inicio
del conflicto, quedaron al descubierto diversas fosas comunes que refuerzan los
argumentos de quienes denuncian que el Ejército ruso ha cometido crímenes de
lesa humanidad.




La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha forzado a más de 8 millones de
ucranianos a dejar sus hogares atrás y buscar refugio en Europa, según el
informe que publicó Cruz Roja con motivo del primer aniversario de la guerra.

Por otro lado, hay más de cinco millones de desplazados internos, que se
trasladaron al oeste de Ucrania, más pacificado. Un elevado número de refugiados
han sido acogidos en Rusia, algo que se debe a las conexiones familiares y a las
facilidades que el Kremlin ha dado para nacionalizarlos.

Los niños son un colectivo especialmente damnificado en este conflicto. El
portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Ucrania,
Damian Rance, ha advertido del "impacto dramático" que tiene el conflicto para
las vidas y el futuro de "todos y cada uno de los 7,8 millones de niñas y niños
del país", a quienes la invasión rusa "les ha robado sus cumpleaños, sus
recuerdos escolares y su tiempo con amigos y familiares".





Tras el inicio de la ofensiva, Occidente dio la espalda a Putin. Las sanciones y
vetos han ido arrinconando a una Rusia con cada vez menos presencia
internacional. La expulsión de atletas y artistas rusos de certámenes, la
retirada de multinacionales en suelo ruso y el fin de la exportación de petróleo
y el tope al precio del gas en Europa, uno de los mercados más potentes,
auguraban un fuerte golpe en la economía rusa que ha logrado no caer de forma
tan estrepitosa al encontrar nuevos compradores y aliados.



Aun así, solo la UE ha aprobado 11 paquetes de sanciones contra Rusia desde
febrero de 2022. Las penalizaciones buscan torpedear a la élite política,
militar y económica responsable de la invasión para debilitar su capacidad para
financiar la guerra.

Las sanciones han logrado un frenazo del crecimiento proyectado de la economía
rusa. Además, el rublo se ha desplomado a niveles no vistos en 17 meses. El
cambio de la divisa equivale actualmente a más de 102 euros. Esa
desestabilización ha obligado al Banco Central de Rusia a subir al 12% los tipos
de interés, el tercer mayor aumento de la historia.

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Bucha, 2 de abril de 2022.

Bucha, 2 de abril de 2022.

Bucha, 7 de abril de 2022.

Bucha, 7 de abril de 2022.

Kramatorsk, 8 de abril.

Kramatorsk, 8 de abril.

Borodianka, 8 de abril

Borodianka, 8 de abril

Mariúpol, 14 de agosto.

Mariúpol, 14 de agosto.

Fosa común descubierta en Izyum, noreste de Ucrania. Foto Oleg Petras (EFE)

Fosa común descubierta en Izyum, noreste de Ucrania. Foto Oleg Petras (EFE)

Liberación de 215 presos ucranianos en un intercambio con prisioneros rusos.
Foto: Security Service of Ukraine

Liberación de 215 presos ucranianos en un intercambio con prisioneros rusos.
Foto: Security Service of Ukraine

Decenas de moscovitas tratan de coger un vuelo para salir de Rusia tras el
anuncio de Putin de reclutar a reservistas, el 22 de septiembre. Foto: Fernando
Salcines (EFE)

Decenas de moscovitas tratan de coger un vuelo para salir de Rusia tras el
anuncio de Putin de reclutar a reservistas, el 22 de septiembre. Foto: Fernando
Salcines (EFE)

La policía reprime las protestas contra la guerra en Moscú, el 21 de septiembre.
Foto: Anatoly Maltsev

La policía reprime las protestas contra la guerra en Moscú, el 21 de septiembre.
Foto: Anatoly Maltsev

Ataque ruso con un dron en Kiev, el 14 de diciembre.

Ataque ruso con un dron en Kiev, el 14 de diciembre.

El metro de Kiev, refugio durante las alertas de ataques aéreos, el 17 de
diciembre.

El metro de Kiev, refugio durante las alertas de ataques aéreos, el 17 de
diciembre.

Campamento de vecinos de la presa desalojados por las inundaciones, a principios
de junio.

Campamento de vecinos de la presa desalojados por las inundaciones, a principios
de junio.

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Textos:
Carles Planas Bou / Begoña González
Infografías:
Francisco J. Moya
Ilustración:
Andrea Hermida-Carro
Coordinación:
Rafa Julve




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Bucha, 2 de abril de 2022.

Bucha, 2 de abril de 2022.

Bucha, 7 de abril de 2022.

Bucha, 7 de abril de 2022.

Kramatorsk, 8 de abril.

Kramatorsk, 8 de abril.

Borodianka, 8 de abril

Borodianka, 8 de abril

Mariúpol, 14 de agosto.

Mariúpol, 14 de agosto.

Fosa común descubierta en Izyum, noreste de Ucrania. Foto Oleg Petras (EFE)

Fosa común descubierta en Izyum, noreste de Ucrania. Foto Oleg Petras (EFE)

Liberación de 215 presos ucranianos en un intercambio con prisioneros rusos.
Foto: Security Service of Ukraine

Liberación de 215 presos ucranianos en un intercambio con prisioneros rusos.
Foto: Security Service of Ukraine

Decenas de moscovitas tratan de coger un vuelo para salir de Rusia tras el
anuncio de Putin de reclutar a reservistas, el 22 de septiembre. Foto: Fernando
Salcines (EFE)

Decenas de moscovitas tratan de coger un vuelo para salir de Rusia tras el
anuncio de Putin de reclutar a reservistas, el 22 de septiembre. Foto: Fernando
Salcines (EFE)

La policía reprime las protestas contra la guerra en Moscú, el 21 de septiembre.
Foto: Anatoly Maltsev

La policía reprime las protestas contra la guerra en Moscú, el 21 de septiembre.
Foto: Anatoly Maltsev

Ataque ruso con un dron en Kiev, el 14 de diciembre.

Ataque ruso con un dron en Kiev, el 14 de diciembre.

El metro de Kiev, refugio durante las alertas de ataques aéreos, el 17 de
diciembre.

El metro de Kiev, refugio durante las alertas de ataques aéreos, el 17 de
diciembre.

Campamento de vecinos de la presa desalojados por las inundaciones, a principios
de junio.

Campamento de vecinos de la presa desalojados por las inundaciones, a principios
de junio.