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SIETE RAZONES PARA PENSAR QUE ESTAMOS SOLOS EN EL UNIVERSO

¿Y si la aparición de la vida animal no es algo sencillo? ¿Y si el origen de los
organismos pluricelulares requiere una combinación altamente improbable de
casualidades geológicas y astronómicas? Estas preguntas han dado pie a la
llamada hipótesis de la Tierra rara.
Miguel Ángel Sabadell
23/06/2022

La hipótesis de la Tierra rara fue propuesta en el año 2000 por el geólogo Peter
D. Ward y el astrónomo Donald Brownlee, y es un disparo contra la línea de
flotación de la astrobiología más optimista. Supone que la vida es común en el
universo, pero únicamente en sus formas más simples, que han demostrado su
capacidad para sobrevivir en los ambientes más extremos. Pero no podemos decir
lo mismo de la vida animal, mucho más sensible que la microbiana a las
condiciones ambientales. Es más, los procesos que han permitido la aparición de
la vida compleja, animal, no son tan comunes como se nos quiere hacer creer.





ESTAS SON SUS RAZONES:


1. SITUACIÓN, SITUACIÓN, SITUACIÓN

Por ejemplo, las que se encuentran en las proximidades del centro galáctico
están sometidas a niveles de radiación mortalmente altos; las zonas con una alta
densidad de estrellas también están prohibidas por la amenaza de las supernovas,
que al explotar son capaces de afectar seriamente a la vida en planetas situados
a menos de 30 años-luz. Esto crea una esfera estéril alrededor del centro
galáctico de 10 000 años-luz de radio. Las regiones más externas tampoco son
apropiadas porque allí escasean elementos como el hierro, el carbono, el
nitrógeno, el níquel, el magnesio..., que son fundamentales para la vida. Lo
mismo pasa en las galaxias elípticas: la vida solo puede surgir en galaxias
espirales.


2. NO SIRVE CUALQUIER ESTRELLA

La evolución se toma su tiempo por lo tanto la estrella debe vivir lo
suficiente. Eso implica que no debe tener mucha masa porque quema su combustible
nuclear muy deprisa y se apaga antes. Por si fuera poco, también producen una
gran cantidad de la letal radiación ultravioleta, esterilizando el planeta desde
sus comienzos. Tampoco pueden ser estrellas que posean una masa demasiado baja
porque emiten poca cantidad de energía. Si tenemos en cuenta que el 95% de las
estrellas de la Galaxia tienen menos masa que nuestro Sol, decir que la nuestra
es una estrella típica es un poquito exagerado. Lo mismo sucede con todas
aquellas de tipo solar con una baja cantidad de elementos pesados: las
observaciones actuales no han encontrado sistemas planetarios en estrellas con
un contenido inferior al 40% de nuestro Sol.


3. EL PLANETA DEBE ESTAR EN EL LUGAR CORRECTO

La vida necesita agua y por tanto el planeta debe orbitar a una distancia de la
estrella que haga que la temperatura en su superficie permita la presencia de
agua líquida: es la Zona Habitable de una estrella. Ahora bien, como las
estrellas cambian de brillo a lo largo de su vida, la Zona Habitable cambia con
el tiempo. Esto impone una nueva restricción: que el planeta se encuentre a lo
largo de toda su historia en la Zona Continuamente Habitable. Los cálculos
apuntan a que en nuestro Sistema Solar está entre 0,95 y 1,15 veces la distancia
de Tierra-Sol. ¿Qué planeta se encuentra justamente allí? Solo el nuestro. Su
situación no obedece a ninguna ley; es cuestión de chiripa.




4. LA IMPORTANCIA DE TENER UN JÚPITER

La situación orbital de un planeta tipo Júpiter es una cuestión peliaguda: si el
nuestro hubiera nacido un poco más cerca o hubiera tenido un poco más de masa,
su atracción gravitatoria habría impedido la formación de la Tierra. Podríamos
pensar que para eso es mejor no tener ningún gigante gaseoso cerca. Craso error.
La existencia de nuestro gigante gaseoso ha sido fundamental para “barrer” del
Sistema Solar los peligrosos asteroides y cometas: sin Júpiter el número de
objetos de 10 kilómetros -asteroides del Juicio Final- que chocarían con la
Tierra sería 10 000 veces mayor.


5. EL TAMAÑO Y LA GEOLOGÍA TAMBIÉN IMPORTAN

El planeta no puede ser demasiado pequeño, como sucede con Marte, porque no
ejercería una atracción gravitatoria suficiente para impedir que la atmósfera se
escapase al espacio. Por otro lado, la tectónica de placas desempeña un papel
fundamental en el efecto invernadero natural provocado por gases como el dióxido
de carbono, que hace que la temperatura media de nuestro planeta sea de 18º C y
no de -25º C. Ahora bien, el CO2 se elimina de la atmósfera al reaccionar con el
agua de lluvia formando ácido carbónico, que acaba en el fondo marino. Si ese
CO2 no volviese a la atmósfera, la temperatura caería globalmente. Gracias a la
tectónica de placas el CO2 regresa a ella a través de los volcanes, haciendo que
haya una temperatura media que ha permitido el desarrollo de la vida animal. Por
otro lado, el planeta debe ser geológicamente activo para que tenga un campo
magnético lo suficientemente intenso que proteja la vida de los rayos cósmicos.


6. LA NECESIDAD DE UNA LUNA GRANDE

Nuestro planeta es único porque posee un satélite excepcionalmente grande. Si no
existiera, la orientación del eje de la Tierra no sería estable y experimentaría
variaciones caóticas en el tiempo: que disfrutemos de una sucesión regular de
las estaciones durante millones de años es gracias a la Luna. Sin ella, las
consecuencias climatológicas de una variación caótica del eje de rotación serían
catastróficas para cualquier vida compleja. ¿Es raro que un planeta tenga una
Luna grande? Ciertamente sí. El nuestro lo tiene porque cuando estaba en su
infancia le impactó un objeto mayor que Marte y la Luna surgió de los restos de
esa colisión. La casualidad ha vuelto a jugar a nuestro favor.


7. UN PLANETA ES UN LUGAR PELIGROSO

En 5 ocasiones la vida en la Tierra ha estado a punto de desaparecer. El momento
más peligroso sucedió hace 250 millones de años, cuando se perdieron más del 90%
de las especies marinas. Nadie sabe qué ocurrió, pero la amenaza a la vida
siempre está presente. A esto debemos añadir los fenómenos Tierra bola de nieve
por los que ha pasado nuestro planeta. Al parecer, la Tierra se ha congelado
completamente en cuatro situaciones, con temperaturas globales de -50º C. El
último tuvo lugar hace unos 700 millones de años, antes de la famosa explosión
del Cámbrico, un estallido de diversidad biológica sin precedentes que dio
origen a todas las formas de vida que hoy conocemos. ¿Hasta qué punto la
existencia de vida animal depende críticamente de este peculiar y único suceso?
¿Y es algo común o es un hecho especial?

Referencia: 

Ward, P. D. y y Brownlee, D. (2000) Rare Earth: Why Complex Life is Uncommon in
the Universe, Copernicus Books

Gribbin, J. (2011). Alone in the Universe: Why our planet is unique, Wiley

Conway Morris, S. (2003) Life's Solution: Inevitable Humans in a Lonely
Universe, Cambridge University Press


ETIQUETAS: CIENCIA

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