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FE DE VIDA

Me llamo Eduardo Mesa, nací en La Habana, vivo en Miami y a veces, cuando puedo,
escribo.




ESPAÑA EN VILO

Todo comenzó con el infame Rodríguez Zapatero, un traidor a España que
desenterró los odios de la guerra civil y ahora es el paladín europeo de las
tiranías comunistas en América Latina y los gestores del narcotráfico. Un tipo
que debía ser reprobado por cualquier gobierno democrático y, sin embargo, ha
gozado de la protección de los gobiernos españoles, estableciendo una malsana
diplomacia paralela para dar continuidad a los postulados de su gobierno; que
comenzó con los atentados del 11-M y postuló desde sus inicios su rechazo a los
Estados Unidos de América y la Alianza Atlántica; esos polvos trajeron estos
lodos.

El gobierno bolivariano de Pedro Sánchez es el resultado de décadas de
sectarismo ideológico auspiciado por el PSOE y sus terminales mediáticas. Un
sectarismo que ha encontrado terreno fértil en la educación y la complicidad de
una derecha acobardada sin voluntad política para revertir o contrarrestar los
desmanes ideológicos de la izquierda. Afortunadamente, el peligro es de tal
magnitud que no deja mucho espacio a las lamentaciones; las instituciones
españolas y europeas deben reaccionar con celeridad y contundencia. Los
constitucionalistas tienen el deber de dar todas las batallas posibles, dejando
a un lado los colores políticos. La moderación no está reñida con la firmeza y
hoy más que nunca, la democracia española necesita mostrar al mundo que el arco
constitucionalista es plural, que preservar la concordia de la transición
incumbe a todos los ciudadanos.

El comunismo bolivariano ha entrado a España de la mano del PSOE, un partido que
ha conocido tiempos mejores pero que todavía es una potente maquinaria política.
Las consecuencias de esta complicidad con los narcoestados bolivarianos tendrán
consecuencias impredecibles. Rusia no perderá una ocasión como esta; la
desestabilización de Europa es una de sus prioridades, y los independentistas
catalanes y vascos no tendrán el menor escrúpulo al satisfacer las
contrapartidas de Moscú. España se encuentra al borde de una tiranía comunista
al mejor estilo venezolano y a un paso del enfrentamiento civil;
afortunadamente, los españoles de bien saben lo que puede pasar y están
dispuestos a impedirlo.


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Autor Eduardo MesaPublicado el noviembre 15, 2023diciembre 6, 20231 comentario
en España en vilo


LO ÚLTIMO DE GERARDITO EL CHIVATÓN ESPÍA

Gerardito, el espía chivatón que cayó como un conejo en una redada del FBI y que
la propaganda de la inteligencia cubana convirtió en héroe de los infelices que
todavía no son capaces de sospechar de cada sílaba emitida por ese régimen
criminal, está enfrascado en una nueva batalla.

La causa palestina es el nuevo caballo de batalla de Gerardito, no importa que
Cuba se caiga a pedazos, la banda de Canel ahora está enfocada en defender a los
terroristas de Hamás, algo que no debe extrañarnos porque los comunistas cubanos
han sido enemigos del estado de Israel desde hace décadas.

Lo lamentable de la última incursión de Gerardito es que ha utilizado una imagen
generada por IA para su cruzada propagandística, banalizando de este modo un
conflicto que, más allá de nuestras simpatías, está costando vidas en los dos
bandos.

Alguien debe explicarle a Gerardito que las imágenes de inteligencia artificial
son el resultado de aplicar algoritmos de aprendizaje profundo a bases de datos
visuales. Estos algoritmos son capaces de generar imágenes realistas y
creativas, pero no siempre son perfectos. Uno de los problemas que pueden
presentar las imágenes de inteligencia artificial es la proporción inadecuada de
los cuerpos, las manos o los pies de las personas o los animales que
representan. En este caso la deformidad de los pies y manos de los niños es
evidente.

El afán antisemita de los comunistas cubanos y su devoción por el terrorismo
islamista los empuja a estos excesos, quizás intuyen que su final, como el de
Hamás, está cerca. A unos y otros no hay inteligencia artificial que los salve.




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Autor Eduardo MesaPublicado el octubre 30, 2023noviembre 6, 2023Deja un
comentario en Lo último de Gerardito el chivatón espía


EL DESAMPARO DE LOS CUBANOS

Para un exiliado, pocas experiencias resultan tan frustrantes como la de acudir
a un consulado de Cuba para solicitar un documento. Los funcionarios cubanos te
tratan con una extraña mezcla de desprecio y envidia.

Los diplomáticos cubanos son unos híbridos de espía y hooligan, siempre
dispuestos a propinarle una paliza a cualquier airado ciudadano que reclame un
derecho. Tuve la desdicha de presenciar un evento de esta naturaleza en Madrid,
cuando solicitaba mi inscripción consular en dicha ciudad, paso previo e
inevitable para iniciar los trámites legales en España.

Afortunadamente, solo he pisado dos veces las oficinas consulares de Cuba, en
ambas ocasiones por un imperativo legal, y dado que no pienso regresar a Cuba
hasta que esta no sea libre, espero que no verme en la necesidad de repetir en
el futuro tan desagradable experiencia.

He recordado este asunto a raíz del criminal ataque de los terroristas de Hamás
contra civiles israelíes y el decidido esfuerzo del Estado de Israel por
defender su territorio y recuperar a los ciudadanos israelíes que han sido
secuestrados por este grupo terrorista. Del mismo modo, resulta admirable la
determinación de otros países por auxiliar a sus ciudadanos que se han visto
envueltos en el conflicto. Cuán lejos estamos los cubanos de tener un estado que
se preocupe por sus ciudadanos en circunstancias de esta u otra naturaleza.

Sin contar el desamparo de los cubanos que emigran en la actualidad, el caso más
lacerante es el de dos médicos cubanos secuestrados en Kenia. Los médicos
cubanos Landy Rodríguez Hernández y Assel Herrera Correa llevan más de cuatro
años secuestrados en Kenia por parte del grupo yihadista Al Shabab. El secuestro
ocurrió en abril de 2019 cuando los médicos, que formaban parte de un
contingente de un centenar de profesionales cubanos en Kenia, se desplazaban en
un convoy al hospital de Mandera protegidos por escoltas armados. Durante un
tiroteo, uno de los policías que velaba por su seguridad falleció, y desde
entonces, el Gobierno de Kenia ha estado realizando gestiones para rescatarlos,
pero sin éxito. Aunque no se sabe el paradero actual de los dos médicos cubanos,
el ministro de salud cubano, José Ángel Portal Miranda, asegura que son
incansables los esfuerzos que efectúa Cuba para que regresen. Recientemente, el
gobernante Miguel Díaz-Canel afirmó estar comprometido con el regreso seguro de
los médicos.

Las excusas propagandísticas del gobierno cubano pueden resultar aceptables para
aquellos que desconozcan la naturaleza del régimen. Las conexiones de la
inteligencia cubana con los más importantes grupos terroristas datan de los
inicios de la Revolución y se consolidaron en la celebración de la famosa
Tricontinental de La Habana en el 1966, antecedente del nefasto Foro de São
Paulo. ¿Cómo es posible que Cuba no pueda acudir a sus poderosos aliados en el
eje del mal para solucionar satisfactoriamente este secuestro? ¿Cómo es posible
que un estado que por sus actividades de apoyo al terrorismo internacional ha
constituido un quebradero de cabeza para las principales agencias de
inteligencia del mundo libre no tenga recursos para conseguir la liberación de
estos médicos?

Al no renovarse el contrato por los servicios de la «misión médica» en Kenia, el
destino de estos hombres resulta aún más incierto. Miguel Díaz-Canel puede decir
lo que quiera, pero en mi opinión la vida de estos médicos, y la de los cubanos
en general, a los comunistas cubanos les importa un carajo.

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Autor Eduardo MesaPublicado el octubre 16, 2023octubre 19, 20231 comentario en
El desamparo de los cubanos


YO ESTOY CON ISRAEL

El comunismo logra cosas extrañas. Después de 64 años de propaganda y
nacionalismo barato, el número de cubanos que adquiere la nacionalidad americana
o española aumenta exponencialmente. No han conseguido que odiemos a los yanquis
ni a los españoles. La Yuma y la Madre Patria son los destinos preferidos,
aunque es justo decir que nos marchamos, sin pensarlo dos veces, a cualquier
parte.

Lo que no han conseguido con los yanquis ni los españoles, tampoco lo
consiguieron con los israelíes, otra de las bestias negras del comunismo isleño.
De tanto insistir en la maldad de unos y otros, lograron que una bandera
americana y una estrella de David se convirtieran en los amuletos preferidos de
un «hombre nuevo» que se resistía a serlo.

Aunque en el caso de Israel no solo se trató de propaganda. Se estima que en la
Guerra de los Seis Días, el número de militares cubanos que participó estuvo en
torno a los 500 hombres, capitaneados por el tristemente célebre comandante
Manuel Piñeiro, el entonces Coronel Arnaldo Ochoa y el apparatchik Jorge
Risquet, que sobreviviría a ambos hasta su muerte en el año 2015. Desde
entonces, con mayor o menor intensidad, el apoyo a los enemigos de Israel ha
sido constante. De hecho, los delincuentes que nos gobiernan nunca han ocultado
su apoyo logístico y diplomático a los terroristas de todas partes, y hoy apoyan
a Hamás, como ayer apoyaron a Al-Fatah, a la E.T.A. o al E.L.N., contribuyendo
al dolor y la muerte en el mundo entero.

Si algo valioso surgió del empecinamiento en la creación de enemigos que
caracteriza a la tiranía, fue el impulso de leer las biografías prohibidas de
David Ben-Gurion y Golda Meir, así como una historia del Sionismo que también
circulaba de manera clandestina. Algún tiempo después, conseguí el libro «90
Minutos en Entebbe», y mi admiración por el Estado de Israel se completó. Su
compromiso de no dejar a nadie atrás me inspiró a soñar con una Cuba diferente
y, al mismo tiempo, aumentó mi desprecio por las alimañas que aún nos gobiernan.

En esta hora, cuando Israel vuelve a estar bajo ataque, reflexiono sobre el gran
daño infligido por los comunistas cubanos a ese pueblo y cuánto daño están
dispuestos a causar en estos momentos en nombre de su alianza estratégica con
Rusia, China, Corea del Norte e Irán. Nunca comprenderé por qué los Estados
Unidos de América no toman en serio la amenaza que representan para esta nación
y para todo el mundo libre.

Rezo porque esta guerra termine pronto y por la victoria de Israel, que es la
victoria de la libertad, la democracia y la prosperidad. Que nadie se engañe, si
se pierde esta guerra, peligra la existencia de Israel y también la nuestra.

Que Dios nos ayude a todos.




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Autor Eduardo MesaPublicado el octubre 11, 2023octubre 12, 20231 comentario en
Yo estoy con Israel


EL BRONCE VALE

El Bolo no sabía que su lema “la plusvalía es mía” lo convertiría en un
adelantado a su época, una suerte de gurú tropical entre tantos que luchaban la
“estilla”. Conocí al Bolo en la casa del Nene, allí nos reuníamos con el mulato
Mejía que también trabajaba en la chatarra, allí jugamos dominó alguna vez y
hablamos hasta muy tarde de política, de religión y de mujeres -que son las
cosas de las que hablan los hombres- entonces no sabíamos que el Nene era chiva,
eso lo supe yo pasados los años, pero supongo que Mejía y el Bolo lo supieron
antes.

El Nene caray, María Elena, su difunta madre era una santa que lo crio gusano
hasta que lo torcieron en las clases de karate, el niño tenía que defenderse, el
niño tenía que aprender karate y allí lo captaron, lo embarcaron con historias
de heroicos compañeros chivatones que terminaron por convertirlo en un chivatón
a secas, nadie me lo dijo, pero yo estoy seguro de que fue allí porque en casa
del Nene eran gusanos.

A pesar de los espasmos revolucionarios del Nene la pasábamos bien en su casa,
en las tandas de dominó supe cómo era el negocio de la chatarra. Era simple:
pasaban los mismos hierros por la pesa varias veces y compartían las ganancias
con los pocos particulares autorizados para recoger materia prima, el Nene solo
sabía decir “ustedes están locos” y el Bolo y Mejía se reían. Con el tiempo el
negocio aumentó, sacaban la chatarra de la base en camiones del gobierno, la
transportaban para la finca de un chatarrero particular conocido como el
Guajiro, de allí la sacaba el Guajiro en su propio camión y volvía a la base a
vender la misma chatarra una y otra vez.

El negocio iba en grande y ya Mejía y el Bolo no iban casi nunca a casa del
Nene, pero me invitaron alguna que otra vez cuando alquilaban casas en la playa.
Cuando nos veíamos, el Bolo siempre me preguntaba de qué hacían las estatuas:
“de bronce Bolo, las estatuas las hacen casi siempre de bronce, no me jodas más
con las estatuas” le respondía riéndome. “El bronce vale Eduardito, el bronce
vale” era su frase cuando soltaba alguna “gorda” que lo traía loco en la data,
me pegó esa expresión que todavía se me escapa cuando el juego de dominó está
caliente y suelto el doble nueve.

Una tarde, cuando caminaba hacia la bodega para comprar un saco de chícharos
para las palomas, vi a la mujer del Bolo saliendo de casa del Nene. No llegué a
pensar mal porque el Nene no es de los que se acuestan con las mujeres de los
amigos, aunque ya era chivatón y yo no lo sabía. Al rato, el mismo Nene bajó a
la bodega, lo saludé y me contó lo que había pasado. Por la mañana, después que
entraron todos los trabajadores de la base de recuperación de chatarra, llegaron
tres camiones de policías y varios carros del DTI, después se aparecieron unos
compañeros del Grupo de Apoyo del Comandante en Jefe, esto último lo dijo con
cierta solemnidad. ¿Y qué pasó compadre? Interrogaron a todo el mundo, andaban
buscando algo. ¿Qué cosa Nene? Eduardito: el Bolo se robó las patas del Che y
las picó en pedazos, un Che gigante que quieren poner en Santa Clara, también se
llevó la canana, la pistola y las balas.

Me quedé pasmao, el Bolo se atrevió por fin a facharse una estatua, una inmensa
estatua del Che, con la idea de venderla indefinidamente en la base, bronce,
puro bronce reciclado hasta la jubilación. El Nene siguió contando que el Bolo,
con Mejía y otro más que le decían Mula Vieja, se metieron en una fundición a
recoger desechos, vieron las patas del Che que las tenían tiradas por ahí, el
Bolo embulló a los otros con aquello de que “el bronce vale” y se llevaron
también la canana, la pistola y las balas de bronce.

Cargaron con todo, en el mayor camión grúa que había, para la finca del Guajiro
y allí lo dejaron para picotearlo con el oxicorte. Se pusieron fatales, el
Comandante quiso saber cómo iba la estatua y…

Dicen que rodaron cabezas a todos los niveles. Al final los perros estrecharon
el cerco y en 48 horas todos estaban presos, el Nene me contó que Mejía y el
Bolo estaban tranquilos cuando los esposaron, a Mula Vieja tuvieron que
sostenerlo porque se caía cuando vio las esposas. Nunca más he sabido del Bolo,
ni de Mejía. Del Bolo me quedé con sus frases “la plusvalía es mía” y el “bronce
vale”.

Al Nene lo seguí viendo en el barrio porque era mi socio, nadie sabía entonces
que era chiva, no creo que tuviera que ver directamente con el escache del Bolo
y de Mejía. Lo que me hizo a mí fue años más tarde, pero se lo perdono porque
bastante tiene con ser un mierda, además la difunta María Elena, su madre, era
una santa y me quería mucho, sé que vela por su hijo desde el cielo, a lo mejor
desde allí logra salvarlo, al fin y al cabo ella no tiene la culpa de que le
torcieran el camino a su niño, en el karate.

El bronce vale y otras crónicas. Editorial Silueta 2011.


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Autor Eduardo MesaPublicado el octubre 9, 2023octubre 9, 2023Deja un comentario
en El bronce vale


MEMORIA DE BAUTA

En un tiempo en el que las visitas no eran un inconveniente mi abuela visitaba a
la familia sin previo aviso, siempre después de almuerzo porque en los años
setenta el racionamiento ya era costumbre. Mi familia por parte de mis abuelos
maternos es de Bauta y el domingo allá nos íbamos mi abuela y yo, como fiel
escudero en el visiteo.

La ruta 43 tenía parada en Zanja, casi frente a la casa y en ella viajábamos
hasta Marianao, después había que hacer la cola de la 99, la guagua que llegaba
a Bauta. Me gustaba aquel viaje, cuando alcanzaba una ventanilla podía mirar de
rodillas la secuencia de una ciudad que todavía era hermosa. Después de Mariano
venían La Lisa, Novia del Mediodía, Arroyo Arenas, Punta Brava y al poco tiempo
se veía la Conaca, un tanque de hierro fundido que debió proveer de agua al
pueblo y en unos minutos tocábamos la puerta de tía Yeya, primera y obligada
visita.

Tía Yeya siempre tenía algún postre a mano, yo me felicitaba cuando había
boniatillo y me acomodaba en un sofá para leer las historietas de Superman, el
Fantasma, Mandrake el Mago y el Príncipe Valiente; alguna vez le pregunté por
qué los periódicos de ahora no tenían muñequitos, por suerte existían aquellos
libracos de mi tío Bebo, coleccionista de historietas, pintor de escenas
taurinas y vestales, español y cubano.

Tío Bebo tenía una biblioteca de estantes de caoba con los libros clasificados y
su tarjetero, tuvo una bodega que la escasez convirtió en guarapera y
aspiraciones políticas. Hubiera sido un buen hombre público mi tío abuelo
político con su bondad ordenada. Pero no pudo ser, pasó lo que pasó, perdió
varias casas que tenía en el pueblo y perdió la bodega, aunque se quedó
trabajando en ella hasta la jubilación. La única propiedad que conservaron fue
la casa donde vivían, con sus libros y porcelanas, todo aquello detenido en el
tiempo, aguardando.

Casi enfrente vive tío Chuti, el viejo militante del PSP, que combatió en Girón
y fue herido en una pierna; sobrio te recitaba las cantinelas de manual y si se
daba un trago comenzaban las dudas que suelen acompañar a los hombres honestos.
Hoy, nonagenario, regresa a aquellos días en que los muchachones socialistas del
pueblo pedían prestados al Padre Gayol los bancos de la iglesia para una reunión
o cuando Mister Hedges, el americano dueño de la textilera lo iba a buscar para
que regresara a sus labores de rotulista y no se metiera en problemas. La pasión
socialista de tío Chuti la heredó de su madre, mi bisabuela canaria Margarita
Viña; una pasión socialista que cuando termine la maldad que padecemos no
regresará a Cuba en mucho tiempo.

Salir de la casa de Chuti, cruzar otra vez la carretera Central para subir por
la calle lateral a la bodega del tío Bebo, atravesar la línea del tren, con las
debidas y exageradas precauciones de mi abuela, que siempre mencionaba con
nombre y apellidos alguna víctima ferroviaria. Entrar en un barrio más pobre, de
casitas de madera pegadas unas con otras, para llegar a casa de tía Tilita, la
casita sencilla con suelo de cemento lustrado, de limpieza absoluta. La tía
viuda que conservaba la mandolina del difunto esposo colgada en la pared, que
crió a los hijos sola, trabajando.

Mi abuela miraba su reloj a cada rato, esto determinaba las últimas visitas,
subordinadas a la frecuencia de las guaguas. Muchas veces llegábamos a casa de
su sobrino Pepe, que vio el alunizaje del Apolo, que tocaba en un combo y criaba
peces para sus hijos, hasta el último tramo de sus cuarenta años. Una tarde, en
el cierre, le hicimos la visita a una hermana de mi bisabuela Margarita que
alcanzó a vivir más de cien años, cuando la conocí todavía cosía las mejores
guayaberas del pueblo, no recuerdo su nombre, sólo tengo la imagen de una
viejita blanca en una mecedora.

Según las coordenadas finales del paseo, antes o después, siempre había que
pasar frente al cine Suárez, la Sociedad y cruzar por el parque de la iglesia
que embelleció el Padre Gaztelu con obras de Portocarrero, Mariano Rodríguez y
el escultor Alfredo Lozano. En el parque solía subir a la glorieta, gritar para
escuchar el eco y visitar el busto de mi bisabuelo Carlos Valdés Rosas,
recordatorio del maestro emérito, niño expósito.

El bisabuelo fue muy querido en el pueblo, cuentan que su muerte provocó gran
consternación y en su memoria una escuela pública lleva su nombre. Cuando
triunfó la revolución quisieron cambiar el nombre de la escuela, pero la gente
protestó y no lo cambiaron. Uno de los hijos del Maestro, mi tío abuelo René,
escribió un libro de crónicas sobre Bauta, un libro que relata la vida de sus
pobladores en los inicios del pasado siglo, las tertulias de los cafés, las
bromas de entonces, un libro de tapas verdes que siempre estuvo en casa.

Al terminar la última visita, íbamos caminando hasta la terminal y en el
trayecto mi abuela solía enumerar las tiendas y comercios que habían, los platos
y postres que se servían en fondas y restaurantes, la variedad de revistas y
periódicos locales, la textilera que benefició tanto al pueblo y el buen
recuerdo de sus dueños americanos, la fábrica de fósforos, la ferretería el
Candado, los San Román, los Maruri, los bailes, las fiestas y yo iba de la mano
de mi abuela imaginando un paraíso, preguntándome que había pasado con todo eso.

Para el regreso muchas veces alquilábamos un carro de Anchar en la piquera, los
viejos carros de alquiler, una de las pocas actividades privadas que
sobrevivieron a la confiscación revolucionaria. El viaje costaba dos pesos por
persona y mi abuela me llevaba sentado en sus piernas para pagar un solo pasaje.
Al regresar caía la noche sobre el campo, con la sombra perfecta de los ficus
que cubrían grandes tramos de la carretera Central. Y después la ciudad de
noche, el recorrido a veces laberíntico para dejar a los viajeros, bajarnos en
Zanja y Cerrada del Paseo, caminar hasta casa, comer algo mientras se cuentan
las incidencias del viaje y a dormir los niños, que después de un paseo siempre
se acuestan con muchas más preguntas que respuestas.

El bronce vale y otras crónicas. Editorial Silueta 2011.


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Autor Eduardo MesaPublicado el octubre 1, 2023octubre 2, 2023Deja un comentario
en Memoria de Bauta


ELOGIO DE LA ABUELA

Los patios de Miami esconden sus matas de orégano, ají cachucha y otras hierbas.
Te sorprenden aquí olores viejos; el pasado regresa cuando encuentras un aroma
perdido. El olor del orégano fresco me lleva a una azotea de lozas rojas y a un
cielo azul que siempre estaba a mano. Bajo el tanque de agua cultivaba mi abuela
sus matas, y el tanque que se desbordaba a cada rato las refrescaba. Ahí tenía
cintas, mantos, helechos, en un jardín urbano, minúsculo, al amparo del sol por
el capricho de una arquitectura sin nombre.

Yo disfrutaba alcanzarle un ramito de orégano; ella al fin me peleaba porque
siempre le traía el ramito pegado a la nariz. Con un poco de ají, laurel,
orégano, ajo y cebolla, azúcar, sazonaba mi abuela el festín de unos frijoles
negros. Los frijoles de Tito, como le decían, eran famosos en la familia.

Para mi abuela, la cocina era su feudo particular e inaccesible; no dejaba que
nadie entrara en ese recinto porque según ella “le gastaban las cosas”; y es que
para lograr tres comidas diarias debía combinar con mucho acierto la austeridad
y el milagro. El milagro de tantas madres y abuelas en Cuba: cocinar cada día,
mantener la casa y la ropa limpias, hacer habitable el hogar en medio de una
pobreza extenuante que hoy raya en la miseria.

Mi abuela se tomaba el domingo libre, a veces iba a misa, siempre sola, y a
veces nos llevaba de paseo a mi hermano o a mí. Le gustaba pasear, visitar la
familia, mirar las tiendas vacías que aún conservaban algo de su antiguo
esplendor. Cuando me fui de Cuba sabía que no la vería más. El día que murió no
pude evitar la amarga sensación de haberla abandonado.

Me cuenta mi madre que pasaba los días rezando un libro de oraciones que le
compré en el Cristo del Buen Viaje. Mi madre, más de una vez, le preguntó por
quién rezaba y siempre le decía que por los niños. Rezaba por nosotros,
dispuesta a cuidar de los demás hasta siempre. Las últimas veces que hablé con
ella noté que estaba lúcida, que la voz le brillaba como los ojos.

En Madrid siempre extrañé los olores de Cuba y alguna vez soñé un aguacero.
Ahora, en Miami, redescubro los olores de mi niñez que los patios guardan; en el
cantero de casa hay cintas y helechos, tampoco falta el sacramento, al menos
para mí, de la mata de orégano.

El bronce vale y otras crónicas. Editorial Silueta 2011.


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Autor Eduardo MesaPublicado el septiembre 27, 2023septiembre 27, 20232
comentarios en Elogio de la abuela


CUBA Y LOS NEGOCIOS

Si usted quiere hacer negocios en Cuba, hágalos, pero no me diga que lo hace por
el bienestar de los cubanos, porque el bienestar de los cubanos solo se
conseguirá con la libertad, y en los países comunistas, los negocios no la han
traído. Si usted cree que haciéndolos contribuirá a una apertura, no se engañe,
eso no ocurrirá con los comunistas cubanos. Si usted piensa que conseguirá
colocar una pica en Flandes para el futuro, bájese de esa nube, tiene más
posibilidades de ser capitán de Tony Soprano que conseguir una fracción del
poder que ellos detentan. Si usted cree que lo tratan de igual, que lo respetan
o lo admiran, usted tiene dinero pero no sabe con quién está tratando. Cuando
llegue el momento, lo meterán en la cárcel, le confiscarán sus bienes y le
destruirán su reputación, si es que le queda alguna. Créame, no soy envidioso ni
amargado, admiro a los hombres de negocios y a todas las personas con capacidad
de crear riqueza, pero hacer negocios con un régimen que tiene más de mil presos
políticos me parece profundamente inmoral.

No me diga que tiene derecho a hacer negocios en Cuba porque al vivir en un país
libre como los Estados Unidos de América tiene la posibilidad de hacerlo, eso no
es un derecho, usted lo hace porque le da la gana, los derechos son otra cosa,
tienen otra raíz y otro fin. Tampoco crea que acaba de inventar el agua tibia,
en China las empresas extranjeras se están marchando, la corrupción, la opacidad
y el crimen no son un buen ambiente para los negocios. El cuento de los chinos,
nunca mejor dicho, es un cuento chino. Abajo el comunismo y ¡Viva Cuba Libre! 

Dicho sea de paso, tampoco me gusta la payasada del cabernet marca Patria y Vida
que venden en un supermercado de Miami, brindaré por Cuba en Cuba cuando sea
libre, aunque sea con alcohol de noventa y guachipupa. Que Dios nos ayude a
todos y que esa pesadilla termine pronto.

El gobierno cubano a la espera de inversionistas cubanoamericanos.


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Autor Eduardo MesaPublicado el septiembre 24, 2023septiembre 25, 2023Deja un
comentario en Cuba y los negocios


BIDEN RETOMA EL DESHIELO

Después de muchas vueltas, la administración del Presidente Biden ha optado por
el apaciguamiento. Están decididos a repetir lo que no ha funcionado. A los
cubanos de la isla les quedan dos opciones: la rebelión o la fuga. Es triste
decirlo, pero la Unión Europea y Estados Unidos prefieren prolongar nuestra
agonía. Les parece que eso es lo mejor para sus intereses. A la larga veremos el
resultado de esta estrategia, si es que se le puede llamar así a esto. Pobres
cubanos abandonados a su suerte.

https://diariolasamericas.page.link/?isi=1575625953&ibi=com.diariolasamericas.dlanews&efr=0&imv=1.0.1&link=https%3A%2F%2Fwww.diariolasamericas.com%2Fbiden-retomaria-deshielo-cuba-evalua-otorgar-creditos-pequenas-empresas-n5343439&amv=3&apn=com.diariolasamericas.dlaapp


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Autor Eduardo MesaPublicado el septiembre 19, 20231 comentario en Biden retoma
el deshielo


EN MI DOLOR ENCUENTRA SU VENTAJA…

> En mi dolor encuentra su ventaja y otros textos


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Autor Eduardo MesaPublicado el septiembre 18, 2023Deja un comentario en En mi
dolor encuentra su ventaja…


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