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EL EFECTO DEL ESPACIO SIDERAL, EN EL CEREBRO DE ASTRONAUTAS.

neuro-class.comOctober 01, 2021


EL EFECTO DEL ESPACIO SIDERAL, EN EL CEREBRO DE ASTRONAUTAS.

neuro-class.com


El universo, un enigma infinito que ha llamado la atención de un sinnúmero de
personas maravilladas al observar al cielo. Imaginando todo lo que nos rodea
fuera de nuestro planeta Tierra. Sin duda, son pocos los que han tenido el
privilegio de salir de la atmósfera y adentrarse en el espacio exterior. Y es
que, solo algunos han apostado por esta intrépida profesión que requiere de una
preparación física y mental intensa. Una aventura que conlleva varios años de
experiencia y envuelve grandes misterios como los cambios del EEG observados en
el cerebro de los astronautas . En esta ocasión, nos adentraremos en el mundo
neurológico y psicológico que envuelve el cerebro de estos profesionales.
Veamos, a continuación, el efecto del espacio exterior en el cerebro de los
astronautas.

¿POR QUÉ HABLAR DEL CEREBRO DE LOS ASTRONAUTAS?



Los astronautas se dedican, entre muchas otras cosas, a comprender cómo está
conformado nuestro universo. Probablemente, es una de las profesiones más
maravillosas y únicas, no obstante, conlleva que muchos de ellos paguen un
precio muy alto al salir del planeta. Entre algunos podemos encontrar cambios:

 1. Celulares y fisiológicos
 2. Psicológicos
 3. Neurológicos

Muchos de estos son derivados del impacto de la gravedad, presión atmosférica e
hidrostática. De hecho, esta última es sumamente importante para la presión
arterial corporal, pues se encarga del bombeo de sangre por el torrente
sanguíneo. El principal mecanismo que lleva nutrientes a nuestros órganos,
incluyendo el cerebro (Wilson et al., 2018).

PERO… ¿CÓMO AFECTA EL ESPACIO EXTERIOR AL CEREBRO DE LOS ASTRONAUTAS?

A principios de los años 90, se creía que muchas de las patologías del cuerpo
humano en los astronautas eran causadas por una disminución del músculo y el
esqueleto. Esto, como consecuencia de una falta de presión de la órbita
gravitatoria (que es diferente dentro de los transbordadores espaciales con
respecto a los de la Tierra) (Schneider et al., 2003).

Por esta razón, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, conocida
como NASA (por sus siglas en inglés, National Aeronautics and Space
Administration), implementó una serie de herramientas con el fin de estimular la
activación física de los astronautas, minimizando el desgaste muscular y óseo.
Sin embargo, esto no pudo prevenir el efecto gravitatorio en el cerebro de los
astronautas, lo que produjo daños fisiológicos y estructurales (NASA, 1993).



Eventualmente, a partir de observar que algunos astronautas sufrían de desmayos,
se encontró que dichos efectos eran causados por factores neurológicos.
Específicamente, Lopez y Blanke (2011) señalaron que sistemas motores, vías
cerebelosas y núcleos talámicos se muestran afectados, repercutiendo en el
control corporal y espacial.

Por otro lado, estructuras como el núcleo geniculado (medial, lateral y
pulvinar) generan alteraciones en la percepción y cognición. En consecuencia,
provocan alucinaciones durante y/o después de ir al espacio, incluso, se puede
llegar a presentar brotes psicóticos (Naito et al., 2003).

Finalmente, áreas como el hipocampo, el cíngulo, la corteza frontal y el surco
intraparietal se muestran afectadas debido a su compleja red neuronal en el
cerebro de los astronautas. Como resultado, se alteran las funciones analíticas,
por ejemplo, la memoria y la personalidad. De modo que, el cerebro experimenta
drásticos cambios físicos a salir al espacio exterior.

SÍNDROME DE ADAPTACIÓN ESPACIAL

Actualmente, la NASA ha reportado que, al menos el 70% de los astronautas, han
llegado a experimentar un fenómeno causado por la ausencia de gravedad llamado
síndrome de adaptación espacial (SAS). Este efecto es consecuente a los cambios
fisiológicos de adaptación. Incluye desde mareos intensos hasta alteraciones de
consciencia, esto debido a los efectos de espacio exterior en su cerebro
(Russomano et al., 2019).

Lamentablemente, no existe un medicamento que ayude al astronauta en este caso
debido a que el cerebro interpreta el espacio como una reacción anómala,
sensorial y muscular. Este problema, en ocasiones, puede durar aproximadamente
72 horas, produciendo alteraciones neurológicas (por ejemplo, disminución del
apetito, depresión y cambios repentinos de humor).

AHORA, ¿CÓMO AFECTA A LAS NEURONAS?

Antes que nada, muchas de las características psicológicas son producto de una
compleja red neuronal, caracterizada por múltiples estímulos eléctricos y
químicos, causantes de un determinado estado de ánimo. Así, los astronautas en
el espacio exterior comienzan a tener alteraciones en las conexiones en el
cerebro, siendo las neuronas las células más afectadas (NASA, 1993).

Marušič y colaboradores (2014) observaron daños causados por el efecto de la
microgravedad. Esto fue demostrado a través de un grupo de estudio evaluado
posterior al viaje, por medio de una electroencefalografía (EEG). ¿Cuál fue el
resultado? Diversos daños que mostraron una alteración eléctrica en diversas
áreas del cerebro en los astronautas, alterando los mecanismos de la sustancia
blanca y gris.

EL EEG COMO MÉTODO DE EVALUACIÓN

El estudio EEG ayuda a entender mejor dichas alteraciones, pues funciona a
través de electrodos que miden las frecuencias que emite el cerebro. Un aspecto
que permite visualizar el comportamiento psicológico y cognitivo del cerebro de
los astronautas, Pinel (2018) explica que el EEG se dividen en:


 1. Ondas Delta: Ondas que se asocian con el proceso de restauración cerebral y
    mantenimiento celular cuando dormimos. Estas ondas tienen una amplitud
    eléctrica de 0.2 a 4 Hz.
 2. Ondas Theta: Se manifiestan durante un sueño profundo. Fundamentales para la
    consolidación de la memoria y el aprendizaje. Estas ondas tienen una
    amplitud eléctrica de 4 a 8 Hz.
 3. Ondas Alfa: Cuando nos encontramos relajados pero despiertos, se coordina el
    cuerpo y la mente para asociar estímulos gratificante como la alta
    concentración. Estas ondas mantienen una amplitud eléctrica de 8 y 12 Hz.
 4. Ondas Beta: Producidas en estado de vigilia, cuando resolvemos problemas o
    tareas cotidianas. Por ejemplo, en la toma de decisiones. Estas ondas tienen
    una amplitud eléctrica variada en 3 fases, Beta 1: 12-15 Hz; Beta 2: 15-22
    Hz; y Beta 3: 22-30 (dependerá del objetivo del estudio).
 5. Ondas Gamma: Se producen como parte de la intercomunicación cerebral, como
    ráfagas de alta resolución. Por ejemplo, durante tareas de análisis, actos
    altruistas o en estado de alerta. Las ondas tienen una amplitud de 30 a 90
    Hz.

¿CUÁL SERÍA LA RELACIÓN ENTRE EL EEG Y EL CEREBRO DE LOS ASTRONAUTAS?

Respecto al apartado anterior, el cerebro de los astronautas, según el EEG,
presentan disminución en las ondas Alfa, lo que provoca alteraciones de
movimiento y de consciencia, causados por la microgravedad. Especialmente,
durante los días en que el astronauta estabiliza su cuerpo en el trasbordador
(Cheron et al., 2006).

Así mismo, se encontró que en las ondas Theta, las alteraciones causan síntomas
de ansiedad y depresión por un cambio gravitacional que afecta a las vías
serotoninérgicas. Por ejemplo, se cree que el cortisol y la noradrenalina
generan un bloqueo celular en el momento del despegue (Schneider et al., 2008).
No obstante, el EEG del cerebro de los astronautas muestra que en las ondas Beta
se encontraron mayores alteraciones respecto a personalidad, problemas de juicio
y cambios de humor. Lo vemos en la siguiente imagen:


Mapeo estadístico paramétrico (SMP) y sLORETA que muestra en la figura A), un
incremento de actividad eléctrica de ondas Beta en áreas frontales como en el
área superior del cíngulo; B) Decremento de actividad Beta en actividades del
lóbulo frontal derecho y C) Decremento de actividad en el giro temporal inferior
(alteraciones de juicio y memoria) (Schneider et al., 2008).

Por último, las ondas Gamma y Beta han mostrado un deterioro mínimo pero
significativo en el cerebro de los astronautas. Estas se encargan de procesar la
información en la memoria, manteniendo un estado emocional adecuado. Por ello,
se ha presupuesto que se debe, principalmente, a la velocidad y fuerza del
despegue de los cohetes. Así como de los aterrizajes de regreso. Aunado al
factor de gravedad, que puede desarrollar más rápido las alteraciones celulares
en el mismo espacio.

CONCLUSIÓN

Al final de este artículo, hemos podido viajar al increíble mundo del cerebro de
los astronautas. Probablemente no imaginábamos todas las repercusiones
cerebrales posteriores que pueden padecer. Sin embargo, gracias a las múltiples
investigaciones, incluyendo las realizadas con EEG, sabemos que los procesos en
el cerebro de los astronautas se ven afectados por otras superficies y por la
gravedad. Así, es posible que en un futuro podamos determinar que no todos
estamos listos para ser candidatos a un viaje espacial a la luna. Por otro lado,
no podemos dejar de reconocer la ardua labor de los científicos del espacio que,
como hemos visto, no es sencilla. Su vida está en riesgo, literalmente, pero su
pasión por entender el cosmos, las estrellas y los planetas, los convierte en
exploradores que nos permiten entender el mundo más allá del planeta Tierra.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 * Cheron, G., Leroy, A., De Saedeleer, C., Bengoetxea, A., Lipshits, M.,
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 * Wilson, M. H., Hargens, A. R. y Imray, C. H. (2018). Effects of Spaceflight
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   581. https://doi.org/10.1056/NEJMc1716067

‏Source neuro-class.com

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