acento.com.do Open in urlscan Pro
2606:4700:20::ac43:446b  Public Scan

URL: https://acento.com.do/cultura/frank-moya-pons-resalta-los-aportes-del-nuevo-libro-de-juan-llado-9137999.html
Submission: On December 05 via api from DO — Scanned from DE

Form analysis 5 forms found in the DOM

<form>
  <input type="text" name="keyword" id="keyword" placeholder="Buscar en Acento">
  <button class="flex-container align-center justify-end">
    <span class="search-icon">
      <svg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" width="16.947" height="17.048" viewBox="0 0 16.947 17.048">
        <path id="Path_2019" data-name="Path 2019"
          d="M151.4,12a4.5,4.5,0,1,1,4.5-4.5A4.481,4.481,0,0,1,151.4,12Zm6,0h-.8l-.3-.3a6.593,6.593,0,0,0,1.5-5.3,6.471,6.471,0,0,0-5.6-5.3,6.53,6.53,0,0,0-2,12.9,6.593,6.593,0,0,0,5.3-1.5l.3.3v.8l4.2,4.2a1.061,1.061,0,0,0,1.5-1.5Z"
          transform="translate(-144.854 -1.052)" fill="#FFFFFF"></path>
      </svg>
    </span>
  </button>
</form>

https://admin.acento.com.do/frontend/subscribe-process.php

<form action="https://admin.acento.com.do/frontend/subscribe-process.php" id="mailchimp-header" style="width: 100%; position: relative;">
  <input type="email" name="email-header" class="inbox" placeholder="Ingresá tu e-mail" required="">
  <div class="ok-message hide">
    <p class="text-font font-700">Gracias por suscribirte a nuestro newsletter</p>
  </div>
  <input type="hidden" name="action" value="mailchimpsubscribe">
  <button class="flex-container justify-center align-center">
    <svg id="newsletter_icon" data-name="Group 548" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" width="22.322" height="17.003" viewBox="0 0 22.322 17.003">
      <path id="Path_2084" data-name="Path 2084"
        d="M20.361,61H1.962A1.965,1.965,0,0,0,0,62.962v13.08A1.965,1.965,0,0,0,1.962,78h18.4a1.965,1.965,0,0,0,1.962-1.962V62.962A1.965,1.965,0,0,0,20.361,61Zm-.271,1.308L11.2,71.195,2.239,62.308ZM1.308,75.771V63.227l6.3,6.245Zm.925.925,6.3-6.3,2.209,2.19a.654.654,0,0,0,.923,0l2.153-2.153L20.09,76.7Zm18.782-.925L14.746,69.5l6.269-6.269Z"
        transform="translate(0 -61)" fill="#f81616"></path>
    </svg>
  </button>
</form>

<form>
  <input type="text" name="keyword" id="keyword2" placeholder="Buscar en Acento">
  <button class="flex-container align-center justify-center">
    <span class="search-icon">
      <svg class="block" id="search_icon" data-name="search icon" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" width="23.858" height="24" viewBox="0 0 23.858 24">
        <path id="Path_2154" data-name="Path 2154"
          d="M154.07,16.465a6.335,6.335,0,1,1,6.335-6.335A6.309,6.309,0,0,1,154.07,16.465Zm8.447,0H161.39l-.422-.422a9.281,9.281,0,0,0,2.112-7.461A9.11,9.11,0,0,0,155.2,1.119,9.192,9.192,0,0,0,152.38,19.28a9.281,9.281,0,0,0,7.461-2.112l.422.422v1.126l5.913,5.913a1.493,1.493,0,1,0,2.112-2.112Z"
          transform="translate(-144.853 -1.052)" fill="#F81616"></path>
      </svg>
    </span>
  </button>
</form>

<form onsubmit="$('#advanced-demo').blur();return false;" class="pure-form"><input id="advanced-demo" type="text" name="q" placeholder="Todos los articulistas"
    style="display: block;cursor: pointer;position: relative;padding-bottom: 10px;padding-top: 10px;padding-left: 20px;padding-right: 42px;border-radius: 290486px;width: 100%;height: 35px;font-size: 12px;line-height: 14px;background-color: var(--acento-white);color: var(--acento-dark-grey);border: 1px solid var(--acento-dark-grey);-moz-appearance: none;-webkit-appearance: none;"
    autocomplete="off"></form>

https://admin.acento.com.do/frontend/subscribe-process.php

<form action="https://admin.acento.com.do/frontend/subscribe-process.php" id="mailchimp">
  <div class="control"><input class="inbox" type="email" id="email" name="email" placeholder="Ingresá tu mail" required=""><button class="icon-right"><svg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" width="22.322" height="17.003" viewBox="0 0 22.322 17.003">
        <g id="Group_548" data-name="Group 548" transform="translate(-6)">
          <path id="Path_2084" data-name="Path 2084"
            d="M20.361,61H1.962A1.965,1.965,0,0,0,0,62.962v13.08A1.965,1.965,0,0,0,1.962,78h18.4a1.965,1.965,0,0,0,1.962-1.962V62.962A1.965,1.965,0,0,0,20.361,61Zm-.271,1.308L11.2,71.195,2.239,62.308ZM1.308,75.771V63.227l6.3,6.245Zm.925.925,6.3-6.3,2.209,2.19a.654.654,0,0,0,.923,0l2.153-2.153L20.09,76.7Zm18.782-.925L14.746,69.5l6.269-6.269Z"
            transform="translate(6 -61)" fill="#f81616"></path>
        </g>
      </svg></button></div><span class="newsletter-box__input__succes ok-message hide">Gracias por suscribirte!</span><input type="hidden" name="action" value="mailchimpsubscribe">
</form>

Text Content

FRANK MOYA PONS RESALTA LOS APORTES DEL NUEVO LIBRO DE JUAN LLADÓ

Compartir
esta nota


Últimas noticias Actualidad Política Economía Turismo Opinión Editorial Deportes
Sociales Ecología Salud

ENTRETENIMIENTOS

SPK Espectáculos Cultura Cine Música

ESPECIALES

Cultura 360 Finanzas & Presupuesto Historia de la Medicina Dominicana
Observatorio de Género Recetas del Caribe Wikileaks

INTERNACIONAL

Alemania Argentina Bolivia Brasil Chile China Colombia Corea Cuba EEUU Egipto El
Salvador España Francia Haití Israel México Nicaragua Puerto Rico Reino Unido
Rusia Taiwán Uruguay Venezuela

MULTIMEDIA

Videos Podcast Fotogalerías Infografías Data Acento
AcentoTV

ALIANZAS

BBC News Mundo The Nouvelliste Cripto247 PolétikaRD

RED ACENTO

Plenamar Gikplus Corofit Revestida Récord

Suscríbete a nuestro newsletter

Gracias por suscribirte a nuestro newsletter


CONTACTO | TÉRMINOS DE USO | POLÍTICA DE PRIVACIDAD CRÉDITOS | ANÚNCIESE EN
ACENTO

© 2011 - 2020 Editora Acento SAS. Todos los derechos reservados.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0
Internacional.


Inicio Actualidad Opinión Política Economía Turismo Internacionales Cultura
Deportes Más



CIUDAD


FRANK MOYA PONS RESALTA LOS APORTES DEL NUEVO LIBRO DE JUAN LLADÓ


PALABRAS DE PRESENTACIÓN DE LA OBRA DE JUAN LLADÓ “CENTRO HISTÓRICO DE SANTO
DOMINGO: HERENCIAS COLONIALES Y ORÍGENES DE LA NACIÓN DOMINICANA”

Por Servicios de Acento.com.do 05-12-2022 06:00




Frank Moya Pons


Frank Moya Pons.





El jueves 1 de diciembre fue puesto en circulación el libro “Centro Histórico de
Santo Domingo: Herencias Coloniales y Orígenes de la Nación Dominicana”, del
economista y reputado consultor en turismo Juan Lladó.



El historiado Frank Moya Pons tuvo a su cargo la presentación de la obra. A
continuación su discurso:



Señoras, señores…:



Cuando los reyes y príncipes eran la encarnación del Estado emergieron en
Europa, en los siglos XVI y XVII, varias generaciones de escritores que
acostumbraban a proponer soluciones a los problemas materiales de los reinos.



Muchos lo hacían de manera gratuita buscando complacer al príncipe señalándole
nuevos caminos de enriquecimiento y poder, además de ofrecerle sugerencias para
enfrenar ciertas urgencias sociales.



Siendo aquella la época en que también emergían las monarquías absolutas, muchos
de estos intelectuales se atrevían a proponer fórmulas de acción estatal
complacientes al príncipe, esto es, a la Corona, aun fuera en detrimento de la
población subalterna.





Estos hombres fueron llamados “arbitristas” en razón de que sus propuestas
emanaban de su arbitrio, esto es, de la propia reflexión de sus conciencias
individuales.



Fue tanta la abundancia de consejos que los reyes recibían para su exclusivo
provecho que algunos escritores, filósofos, moralistas llegaron dudar del
beneficio que los consejos de los arbitristas pudieran dar al hombre común (no
utilizo aquí la palabra intelectual porque no tenía entonces el significado que
tiene hoy).



Por ejemplo, el famoso Diccionario de Autoridades de la lengua española,
publicado inicialmente por la Real Academia Española en 1726, define al
arbitrista como “el que discurre y propone medios para acrecentar el Erario
público, o las rentas del Príncipe. Viene del nombre Arbitrios, pero esta voz
comúnmente se toma en mala parte, y con universal aversión, respecto de que por
lo regular los arbitristas han sido mui perjudiciales a los Príncipes, y muy
gravosos al común sus trazas y arbitrios”.

> Lladó, como todos ustedes saben, es un destacado especialista en educación y
> turismo que su doctorado en la Universidad de Harvard hace ya más de cuarenta
> años, habiendo escrito y publicado varios estudios antológicos sobre este
> tema.
> 
> Compartir

Esa definición clásica choca mucho con el uso que le dan a esa palabra en México
y otras partes de América Latina aquellos que ven en la consejería pública una
virtud ciudadana cuando se lleva a cabo con sólida ilustración y fundamentos y
buena intención.



Aun cuando en España y en otras partes del mundo hispanohablante todavía se
utiliza el término “arbitrista” con un significado heredado del Diccionario de
Autoridades, pues todavía se le asocia con la costumbre de proponer planes y
proyectos “disparatados y empíricos”, hoy el arbitrista ya no es percibido tan
negativamente pues existen en todos nuestros países numerosos hombres y mujeres
de sólida formación y originalidad de ideas que continuamente aportan, en
público y en privado, contribuciones prácticas inteligentes, bien fundadas y
desinteresadas.



Por ello, la última edición del Diccionario de la Lengua Españolade la Real
Academia, de 2020, define al arbitrista como aquella persona que “en los siglos
XVI y XVII elevaba memoriales al rey o las Cortes con propuestas de arbitrios de
todo género para resolver problemas de la Hacienda y del Estado”.



Juan Lladó. Foto. Mery Ann Escolástico. Acento.com.do





Hubo un tiempo, a principios del siglo pasado, en que a los arbitristas les
llamaban “publicistas” por la costumbre de publicar en periódicos y revistas sus
consejos y sugerencias, propuestas y esquemas, con ánimo de influir, no solo en
los gobernantes sino también en el público lector, en la ciudadanía.



Es lástima que esa palabra haya caído en desuso porque refleja mejor, o
significa más precisamente, lo que hemos venido diciendo acerca de los
arbitristas y, en el caso que nos ocupa, del autor de esta obra, el distinguido
amigo Juan Lladó, a quien la definición de “publicista” del diccionario le
ajusta precisamente.



Según la Real Academia Española, publicistas es aquel “autor que escribe del
derecho público o persona muy versada en esta ciencia”. Es también “persona que
escribe para el público, generalmente de varias materias”. También se le llama
así en las Américas a aquellos que ejercen la publicidad como profesión, pero
esa no es la acepción que conviene a lo que ahora estamos dilucidando.





Teniendo conciencia de estas sutilezas lingüísticas, y partiendo de una
diferenciación definitoria entre los arbitristas y publicistas de ayer y de hoy
(desde los siglos XVI y XVII hasta el XXI), es que me permito sugerir que
llamemos a Juan Lladó “el buen arbitrista o el gran publicista”, porque si hay
alguien que se destaca por encima de la mayoría de sus contemporáneos en el
ejercicio de un apostolado y evangelismo ciudadano proponiendo soluciones a
cuantos problemas afectan a la ciudadanía, ese es nuestro distinguido amigo Juan
Lladó.



Ustedes y yo, queridos amigos, que hemos venido a celebrar este libro del doctor
Lladó estamos aquí, creo yo, por la amistad que le profesamos, ciertamente, pero
también por la admiración que nos produce la lectura de sus innumerables
artículos en los periódicos y revistas, tanto en papel como digitales, cada uno
de los cuales es una lección de economía, educación, sociología, historia,
tecnología, ecología, geografía o turismo, para nada más mencionar algunas de la
múltiples áreas que Juan Lladó domina profesionalmente.



Al igual que muchos de ustedes, recibo por internet casi diariamente sus
eruditos textos que un día hablan sobre el desarrollo de la industria turística
y el impacto que tienen en ella la salinización de los acuíferos en la zona de
Bávaro y Punta Cana, el desastre del sistema educativo nacional, la evolución de
las tasas monetarias, la competencia de otros mercados, el manejo del sargazo,
la guerra de Ucrania, la expansión del mercado de cruceros, en fin, temas esos
sobre los cuales Lladó ha escrito mucho y ha tenido a bien recogerlos en un
volumen que puso a circular hace varias semanas para deleite de sus numerosos
lectores y admiradores.



Lladó, como todos ustedes saben, es un destacado especialista en educación y
turismo que su doctorado en la Universidad de Harvard hace ya más de cuarenta
años, habiendo escrito y publicado varios estudios antológicos sobre este tema.



Su curriculum académico es uno de los más impresionantes que es dable encontrar
en la República Dominicana. Obtuvo dos diplomas de estudios secundarios, uno en
el Colegio La Salle, en Santo Domingo, en 1965, y otro en Deering High School,
en Portland, Maine, al año siguiente. Más adelante obtuvo su licenciatura en
humanidades en la Universidad de Brandeis en 1971, y un año más tarde terminó
una maestría en educación en la Universidad de Harvard, la cual le abrió las
puertas para proseguir estudios de doctorado en esa misma academia, en donde
recibió su PhD en 1977.



Durante algunos años estuvo realizando estudios sobre el sistema educativo para
clientes dominicanos y extranjeros, incluido el Estado dominicano, pero
rápidamente fue evolucionando hasta que se montó en la ola del desarrollo
turístico del país, en donde ha producido numerosos estudios técnicos y ha
laborado como consultor y asesor de numerosos organismos y empresas nacionales y
extranjeros, llegando a desempeñarse como subsecretario de turismo en 1981 y
1982.



Desde entonces Lladó combina sus labores de consultor con las de publicista y ha
hecho de esta segunda parte de su vida un evangelio en favor del desarrollo
turístico del país.



Productos de esas tareas y de la enorme experiencia acumulada durante tantos
años, y de sus reflexiones sobre las mejores vías para mantener una industria
turística sostenible, son su libro de reciente circulación ya mencionado (Retos
del sector turístico dominicano, vol. II), y esta obra sobre el centro histórico
de Santo Domingo que nos reúne aquí hoy.



Al igual que el libro anterior, esta obra es una recopilación de artículos
publicados en el muy importante periódico digital Acento. Una obra en la que se
entrelazan la historia y la política, la cultura y la ingeniería, todas guiadas
por una voluntad de conseguir que las cosas se hagan bien para que la llamada
ciudad colonial (zona colonial) termine de rescatar su patrimonio histórico y se
haga digna de ser rebautizada como “Centro Histórico de Santo Domingo”.



Esta es una denominación por cuya adopción pública Juan Lladó ha luchado
tenazmente y, en cierto modo, este libro es una gran pieza argumental para que
las autoridades municipales o nacionales adopten ese nombre.



Lladó sabe que no todo el mundo comparte sus argumentos aun cuando los presenta
como propuestas para la elaboración de una estrategia oficial para convertir al
viejo Santo Domingo colonial en un digno émulo de ciudades menos antiguas como
Cartagena, Veracruz y La Habana, para solo mencionar unas pocas.







Lo que hace de este libro una pieza de atractiva lectura es que su autor va
entretejiendo capítulos de historia con propuestas “arbitristas”, esto es, con
sugerencias de política económica y cultural conformando un recetario del que
bien podrían nutrirse quienes han gobernado y gobiernan el cabildo de la ciudad
y los ministerios de turismo, cultura, educación y medio ambiente, lo mismo que
los voluntariados y direcciones de los museos establecidos en el antiguo espacio
colonial.



Al leer tantas propuestas constructivas y observar que muy pocas de ellas son
puestas en práctica por quienes manejan la ciudad colonial, a veces pienso que a
Juan Lladó le ocurre lo que también les ocurrió a muchos arbitristas y
publicistas cuyas ideas no eran acogidas por los oídos oficiales porque
enfrentaban grandes intereses o poderosas personalidades contrarias a sus
argumentos.



Tal vez Lladó no haya ayudado mucho en ese sentido dada la verticalidad de su
personalidad y su manera directa de expresar las cosas, sin medias tintas y sin
tonos ambivalentes. Juan Lladó posee una personalidad que choca mucho con un
rasgo casi universal en la cultura dominicana que es el de la resistencia a
aceptar ideas nuevas si no vienen acompañadas de un lubricante de relaciones
personales primarias. Entrenado en un mundo regido por las meritocracias, Lladó
llama pan al pan y vino al vino, y no se anda con medias tintas cuando se trata
de explicar o defender su ideas.



Creo que Fausto Rosario y sus colaboradores en Acento, como Gustavo Olivo, aquí
presente, le están haciendo un gran servicio al país recogiendo todos estos
artículos para que puedan ser leídos y captados en su variedad temática y su
coherencia total, de manera que puedan ser utilizados como recetario para el
diseño de nuevas políticas para la sostenibilidad turística de la nación y
enriquecimiento de la zona colonial, bien llamada por Juan Lladó “Centro
Histórico de Santo Domingo.



Gran parte de este libro, como su título indica, está dedicado a promover la
idea de lograr una adecuación mayor al turismo de la zona más antigua de la
ciudad, hasta ahora conocida como Zona Colonial. En una de las más fértiles
secciones de la obra Lladó nos recuerda que “en las últimas décadas, hablar
sobre la Ciudad Colonial se ha tornado consustancial con el turismo” y “en
términos generales, el imaginario popular ya asocia a la Ciudad Colonial como
sinónimo de la visita de extranjeros que vienen a conocer los vestigios de
nuestro ayer”.



“Nos ufanamos, dice Lladó, por tanto, de que la Ciudad Primada de América sea un
destino turístico en sí misma, aunque marginal cuando se le compara con el
volumen de visitantes que atraen nuestros resorts de playa. Sin embargo, “la
Ciudad Colonial ya ha desplazado a la isla Saona, la cual recibe más de 400,000
visitantes al año, como el principal destino de las excusiones por tierra que
hacen los turistas extranjeros que se hospedan en los resorts.



“En el 2016 la Ciudad Colonial recibió unos 590,000 extranjeros, cerca de 182
mil más que cinco años antes, lo cual representó un aumento de un 15% con
relación al año anterior. Durante el primer semestre del año 2017 el incremento
fue de un 12%, para un total de 382,005 extranjeros”.



Hoy cinco años después, esos números han aumentado y sería muy grato y útil si
nuestro apreciado autor quisiera actualizarlos para beneficio de todos sus
lectores, incluidos nosotros.



Antes de la pandemia había, en la ciudad intramuros, más de 800 habitaciones
turísticas disponibles “repartidas en hoteles pequeños” que atendían, y atienden
principalmente a gente de negocios y turistas más curiosos que los que se quedan
en los hoteles de Bávaro y Punta Cana, cuya presencia en la zona se concentra en
los monumentos y sitios históricos y las muchas tiendas de suvenires, joyas,
tabacos y baratijas. Eso nos da una idea de la vigorosa dinámica económica de
este Centro Histórico.



En el capítulo central de su obra Lladó dice que se limita a ofrecer una
reinterpretación de cuatro aspectos fundamentales: 1) el nombre de la Ciudad
Colonial (que ya hemos señalado), 2) la misión del recinto en el contexto
nacional e internacional, 3) la Ciudad Colonial como “ciudad viva”, y 4) la
organización para la gobernanza.



Esos cuatro temas son el corazón de este libro, consumen un gran número de
páginas y dominan todos los demás asuntos, además de que le sirven a Lladó para
mantener al lector concentrado en su propuesta maestra de cambiar el nombre de
la zona colonial por el de Centro Histórico de Santo Domingo.



Y la verdad es que, después de leer sus argumentos y los datos que aporta para
sustanciarlos, es difícil no estar de acuerdo con él en cuanto al nombre que
propone para el casco antiguo de la ciudad, aun cuando en ocasiones se deja
llevar de su hiperactiva imaginación creadora y propone políticas que, aunque
inteligentes y muy bien intencionadas, es fácil prever que chocarían con grandes
intereses, particularmente, intereses burocráticos oficiales.



Alcázar de Colón. Fotografía de José Bujosa Mieses (Chino).



Pero, en fin, ese es el trabajo de los arbitristas/publicistas ¿no es así?:
proponer esquemas de construcción y cambio de sus sociedades, (sean o no de
fácil ejecución, pero sí plausibles), en espera de que el príncipe, esto es, el
Estado (los gobernantes) se convenzan de sus bondades y se lancen a la ejecución
de esos planes, como ocurrió con la restauración y puesta en valor de la zona
colonial que se puso en marcha en 1967 y prosigue aun en estos mismos días.



Señoras, señores: Tengo clara conciencia de que esta rápida presentación no hace
la debida justicia a esta riquísima obra, preñada de ideas y propuestas
patrióticas aportadas por una persona ilustrada que vive en la zona colonial, la
recorre a pie día tras día, la conoce histórica y socialmente, aprecia sus
posibilidades de crecimiento económico y tiene la formación profesional y la
solidez intelectual para diseñar buenas políticas de puesta en valor de este
centro histórico que bien puede ser considerado único, por su antigüedad, entre
los 45 centros históricos existentes en las Américas.



Agradezco a Juan Lladó el honor que me ha hecho pidiéndome pronunciar estas
palabras que, espero, sirvan a ustedes de acicate para leer esta interesantísima
y sugerente obra de bien patrio.



Muchas gracias.



Santo domingo, Academia Dominicana de la Historia.



1 de diciembre de 2022




Centro Histórico de Santo DomingociudadculturaFrank Moya PonsHistoriaJuan LLadó

Noticias relacionadas

Comentarios


LO MÁS LEÍDO

1

1


A GONZALO CASTILLO LE FUE ASIGNADO UN GENERAL DE BRIGADA COMO SEGURIDAD SIN
ASIDERO LEGAL

2

2


VALENTÍN TRAZA NUEVA RUTA DEL ÉXODO PELEDEÍSTA

3

3


FALLECIÓ AMABLE ARISTY CASTRO

4

4


CONSTRUCTORAS SE QUIEREN QUEDAR CON EL SANTO Y LA LIMOSNA DE LOS CLIENTES QUE
COMPRARON EN PLANOS

5

5


CÓMO CALCULAR EL DOBLE SUELDO






OPINIÓN

Ver más >

Roberto Cassá

Soluciones dominicanas

Magín J. Díaz

Bancarización en RD desde la perspectiva del Banco Mundial

Dinorah García Romero

Regulación migratoria sí, maltrato no

Cándido Mercedes

Rol de la sociedad civil en la seguridad ciudadana

Manuel A. Rodríguez

El habeas corpus más allá de la libertad individual

Julio Leonardo Valeirón Ureña

El sentido de la vida hoy y su espiritualidad

Juan Llado

La magia del Centro Histórico de Santo Domingo *

Pedro Conde Sturla

Juancito Rodríguez y la expedición de Cayo Confites (4)

Ramón Colombo

Solo “Negro Veras”…





SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las últimas noticias en tu E-mail


Gracias por suscribirte!



Por







Noticias relacionadas

Comentarios

Seguir leyendo



Más de Cultura

Ver más >
Literatura


“ÁNFORAS”, DE FRANCISCO ORTEGA POLANCO

Por José Enrique García


Libro


LA MAGIA DEL CENTRO HISTÓRICO DE SANTO DOMINGO *

Por Juan Llado


Literatura


A PROPÓSITO DE «ESTAS VIDAS NUESTRAS» DE SAMUEL ESTEBAN

Por Nelson Ricart Guerrero


Caleidoscopio


MUJERES, OTRA CARA DE LA VIOLENCIA

Por Andrea Teanni Cuesta Ramón


Otra mirada


PENA, TRISTEZA Y TRISTUMBRE: UNA MIRADA DESDE EL ANÁLISIS LITERARIO (5 DE 5)

Por Virgilio López Azuán


Con nombre de mujer


ARMANCE, EL AMOR MÁS PURO

Por Consuelo Triviño Anzola


Metaforma


FERNANDO FERRÁN, DE LA RAZA, LA ESCLAVITUD Y OTROS OBJETOS

Por Luis Ernesto Mejía


Cosmolingüística


¿QUÉ LEER? SÍ, ¿QUÉ LEER?

Por Gerardo Roa Ogando


Crónicas de la bohemia


WOODY A (WA)

Por José Arias



Ver todos





Lo más leído




Más noticias

Síguenos en nuestras redes

 * 
 * 
 * 
 * 



 * 
 * 
 * 
 * 

ALIANZAS ESTRATÉGICAS

RED ACENTO


CONTACTO | TÉRMINOS DE USO | POLÍTICA DE PRIVACIDAD | CRÉDITOS | ANÚNCIESE EN
ACENTO

© 2011 - 2021 Editora Acento SAS. Todos los derechos reservados.
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0
Internacional.